Bahrein: el ejército se repliega y la gente retoma

En medio de festejos populares, piden más reformas políticas. Sindicatos hacen paro.

MANAMA (AP/AFP) – Miles de manifestantes que cantaban y bailaban regresaron el sábado a la plaza que ha sido epicentro de una movilización antigubernamental en la capital de Bahrein, después de que las autoridades ordenaran el retiro de los tanques y de los policías antimotines del lugar, que anteriormente fue escenario de una represión sangrienta.

La monarquía sunnita que gobierna esta nación predominantemente chiíta, que no tardó en recurrir a la fuerza a principios de esta semana contra los manifestantes, pareció alejarse de la confrontación aún más luego de recibir la presión de Occidente.

Los manifestantes habían tratado de emular los exitosos levantamientos populares en Túnez y Egipto para tratar de lograr un cambio político en Bahrein, donde reside la Quinta Flota de la Armada de Estados Unidos.

Esa fuerza es la pieza central de los esfuerzos militares de Washington para hacerle frente a la influencia militar iraní en la región.

El príncipe heredero Salman bin Hamad Al Jalifa, comandante supremo adjunto de las fuerzas armadas, pronunció un breve discurso por la televisión estatal en el que exhortó a los inconformes a la calma y al diálogo político.

“Ordenamos a todas las fuerzas de seguridad que se retiren inmediatamente de las zonas de concentración (…) como pedimos a las personas concentradas que abandonen el lugar para evitar cualquier choque”, dijo el heredero en un aparente gesto de conciliación.

Un líder de Al Wefaq, un grupo de la oposición chií, dijo que el príncipe “hizo lo correcto’’ al ordenar la retirada de las fuerzas de seguridad de las calles y dejar que la gente vuelva a la plaza.

“El príncipe abrió la puerta para el diálogo, porque impidió así que ocurran más muertes y que se les permita a la gente exigir sus derechos’’, dijo el líder, Abdul-Jalil Jalil.

La gente daba vueltas por la plaza, aplaudiendo, silbando y llorando. Algunos portaban sábanas blancas, simbolizando su disposición para el martirio, mientras otros portaban banderas de Bahrein, flores y pancartas que llamaban a la paz.

Para muchos bahreiníes, la reapertura de la plaza se vive como una primera batalla ganada a favor de la democratización de este pequeño país, una de las monarquías más pobres del Golfo con reservas de crudo prácticamente agotadas.

“¡Victoria!’’ coreaban mientras marchaban hacia la plaza, que ha sido la sede de su revuelta contra la monarquía. También coreaban: “La gente quiere la salida del régimen’’. Numerosos habitantes, en señal de júbilo, hicieron sonar las bocinas de sus automóviles, ondearon banderas e hicieron la señal de la “v” de la victoria cuando los vehículos blindados se retiraban de la plaza.

Ibrahim Sharif, jefe de la Sociedad Waad, exigió garantías de que los inconformes puedan manifestarse sin temor a ser agredidos en esta nación del golfo Pérsico que vive una crisis política. Waad es un grupo que representa a diversas facciones inconformes con el régimen.

Las fuerzas de seguridad dispararon el viernes contra los manifestantes en el segundo día consecutivo de levantamiento popular que busca terminar con el monopolio del poder en manos de los suníes en Bahrein. Más de 50 personas resultaron heridas.

Las manifestaciones se intensifican en varios países

y algunos levantan las medidas represivas.


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