Ballenas y orcas llegaron a la costa rionegrina

El lugar elegido de los grandes cetáceos es la reserva La Lobería. En la zona de Promontorio Belén hay unos 3.500 lobos marinos.

VIEDMA (AV)- De paso hacia Puerto Madryn las ballenas -declaradas patrimonio de la humanidad- ya se dejan ver en las costas rionegrinas. Camino hacia el proceso de reproducción que tienen en Península Valdés atraen todas las miradas testigos que encuentran a su paso incluidos los lobitos marinos de la reserva que las escoltan jugando alrededor de semejantes proporciones.

Dos han sido los grupos cuyo paso se observó esta semana desde el mirador de la reserva faunística de La Lobería, ubicada a 60 kilómetros de Viedma. Con la colaboración de la pleamar algunas se acercaron lo suficiente a la costa como para deleitar a los ocasionales testigos. También para esta fecha se espera la visita de las orcas. Hasta el momento sólo pudo ser identificado Mel en dos oportunidades, el cetáceo caracterizado por una curvatura en la aleta dorsal. Protagonizó algunos patrullajes pero sin ningún ataque a los lobitos de la reserva. Estuvo solo y acompañado pero esta segunda orca no pudo ser identificada porque prefirió esperar mar adentro.

No se descarta que lo esté haciendo en la lobería de Promontorio Belén, ubicado entre bahía Creek y bajada de Echandi en dirección al puerto sanantoniense, asentamiento que ha crecido notablemente en los últimos años y que se calcula que suma entre 1.500 y 1.800 ejemplares que además se incrementa en invierno.

 

Más de 3.500 ejemplares

 

El guarda ambiental de La Lobería, Ariel Lapa, detalló que la reserva mantiene en esta época del año una población de 3.500 ejemplares aunque destacó que ya se observa la instalación de machos jóvenes como un adelanto de la inmigración a esta zona que se produce entre julio y agosto, estimando que en ese momento esa comunidad sumará 7.000 lobos marinos.

En relación con los nacimientos que se produjeron entre diciembre y febrero, Lapa puntualizó que esta temporada fue record para la reserva totalizando los 890 cachorros.

En el lugar hoy reinan las hembras preñadas con sus cachorros de seis y siete meses que si bien ya están creciditos con sus 60 kilos a cuestas siguen amamantándose. Recién un tiempito antes del nuevo parto -cuya gestación es de un año- las hembras comienzan a destetar a sus bebitos que nacieron con 15 kilos pero que en sus primeros meses de vida los multiplicaron con creces.

Por otra parte, también acompañan algunos juveniles y machos que intentan asomarse a la adultez, simulan tener harenes y se entrenan en las peleas que deberán enfrentar cuando los sultanes reproductores regresen en noviembre para adueñarse de la mayor cantidad de hembras posible. Entonces si las peleas son en serio en busca de un grupo de hembras para la reproducción.

Estos adultos de melena abultada emigraron a loberías de invernadas o solo de machos como en San Blas, el puerto de Mar del Plata y la falsa bahía en San Antonio Oeste, donde solo se concentran machos reproductores para alimentarse, recobrar grasa y fuerzas para regresar al ruedo de la conquista, meses en los que ni siquiera dejan a sus lobas ni para comer.


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