Barak culpó a la «intransigencia palestina»

El primer ministro israelí, Ehud Barak, aseguró ayer que «hacen falta dos para bailar el tango», al referirse a la intransigencia mostrada por el líder palestino, Yasser Arafat, en la cumbre de Camp David.

En una conferencia de prensa, Barak aseguró que todavía confía en poder lograr un acuerdo de paz, tras el fracaso de las negociaciones, «pero no a cualquier precio», e insistió en que no comprometerá la unidad de Jerusalén.

Entretanto, el Parlamento israelí debatía un proyecto de ley, presentado por el opositor Likud, según el cual para aprobarse «cualquier transferencia de una parte de Jerusalén o cualquier competencia municipal a una autoridad no israelí» se requerirá el voto positivo de 61 diputados del Kneset (Parlamento), es decir, la mitad más uno de los 120 escaños.

El proyecto ya fue aprobado en lectura preliminar hace dos meses por una mayoría de 68 diputados frente a 21 que votaron en contra, una muestra de la sensibilidad que provoca en Israel todo lo referente a la ciudad santa. En esa ocasión, con la oposición de derechas votó el partido ultraortodoxo Shas, que entonces todavía estaba en el Gobierno de coalición encabezado por el laborista Barak, y también dieron su voto a favor destacados miembros del gobierno, como el titular de Exteriores, David Levy, y el ministro sin cartera Haim Ramon.


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