Bariloche quiere calidad en la construcción escolar
Habrá un listado de requisitos a tener en cuenta por constructoras.
SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La delegación del Consejo Provincial de Educación en esta ciudad comenzó a elaborar un listado de requisitos de calidad con la intención de exigirlos en la construcción de futuras escuelas.
Así lo afirmó ayer la arquitecta Estela Arias, quien desde hace algunas semanas fue designada subdelegada administrativa del CPE para la Zona Andina y se encarga del seguimiento de las obras en los edificios escolares.
Dijo que en general los problemas más repetidos aparecen en las instalaciones sanitarias, la calefacción, los aislamientos y los sistemas eléctricos. Es notorio además que la recurrencia de las roturas nada tiene que ver con la antigüedad de los edificios, al punto de que muchos de los más deteriorados son de reciente inauguración.
Por eso Arias se propuso asegurar de alguna manera un mayor estándar de calidad para las escuelas de próxima construcción. Ayer le dijo a este diario que comenzó a preparar «una serie de parámetros para trasladarlos luego a la secretaría de Obras Pú
blicas» a fin de que sean tenidos en cuenta en los proyectos que hoy están en trámite.
La provincia tiene previsto levantar en esta ciudad nuevos edificios para el CEM 123, el jardín 3, el Instituto de Formación Docente y la escuela especial 19.
La notable diferencia entre la «eternidad» de los establecimientos más antiguos y las roturas constantes que sufren los recién estrenados es motivo de preocupación entre muchos docentes y padres.
La delegada del CPE, Ruth Ventimiglia, reconoció que «en otra época las escuelas se hacían más fuertes» y las más antiguas tienen 40 años o más y son generalmente las que «en lo estructural se mantienen inalterables».
Ella misma desde hace varios años es directora de la céntrica escuela 16, cuyo edificio fue inaugurado el 1 de setiembre de 1930 y jamá presenta problemas que impidan el dictado de clases. En la actual tanda de obras el CPE (que abarca a casi todas las escuelas de Bariloche), la 16 sólo reclamó la reparación de una escalera.
«Ya no se hacen más escuelas con paredes de 50 centímetros, ahora se manejan otros códigos de construcción», aceptó Ventimiglia. Dijo que desde su gestión se preocupará por «hacer hincapié en los materiales» que se emplean para garantizar la durabilidad de las obras. «También es cierto que muchas escuelas nuevas no se cuidan -interpretó-, y ahí está haciendo falta un trabajo con la comunidad para que se apropie y las defienda».
Con ese cuestionamiento disintió en parte el secretario general de Unter, Jorge Molina, quien observó que «un chico puede dañar un inodoro, pero si salta la térmica porque la instalación eléctrica está sobrecargada o si se rompen los caños del sistema sanitario, es porque las cosas están mal hechas».
También sostuvo que se gasta mucho dinero en reparar escuelas improvisadas en edificios que fueron pensados con otro destino, como el CEM 99 y los CEM de la calle Albarracín.
Un caso paradigmático en esta ciudad es el de la escuela 187, que fue inaugurada en 1995 y apenas 5 años después los pisos se hundieron, las paredes se rajaron y quedó inutilizable. El constructor reconoció que eso no hubiera pasado si se hacía sobre pilotes, pero la provincia descartó ese sistema «por el costo». Luego terminó pagando más de 400 mil pesos para repararla.
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