Bariloche trabaja para resolver la legislación ambiental

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El Ejecutivo municipal tiene a la firma un convenio con el CRUB orientado a realizar un «relevamiento integral» de todos los humedales urbanos, con especial atención en el llamado mallín del kilómetro 12.

En ese sitio existe un avanzado proceso de contaminación y desde hace tiempo los vecinos reclaman medidas de saneamiento y normativas claras que frenen la expansión inmobiliaria.

El estudio del CRUB apunta a definir técnicamente los «términos de referencia» para el manejo de los humedales y debería estar concluido en noviembre próximo.

El municipio pretende atender así uno de los mandatos incluidos en la Carta Orgánica sobre temas ambientales que siguen sin respuesta, a pesar de que los plazos están largamente vencidos.

La COM impuso a la municipalidad en sus disposiciones complementarias la obligación de «reglamentar y disponer medidas que garanticen la protección y uso racional de los humedales (mallines) en un plazo no mayor de seis meses a partir de la sanción de la presente».

Otros artículos también emplazan al Ejecutivo para «reglamentar la obligatoriedad de los estudios de impacto ambiental de emprendimientos públicos o privados y su discusión en audiencia pública» (6 meses); para realizar «el relevamiento de los bosques protectores nativos y permanentes» (un año) y para «elaborar y aprobar el Código Ambiental» de Bariloche (2 años). Salvo en el último caso, los términos vencieron.

Consultado alguna vez sobre aquellos incumplimientos, el ex asesor letrado del Ejecutivo, Manuel Vázquez, relativizó las consecuencias y recordó que «la Carta Orgánica no estableció sanciones» por la demora.

El director de Medio Ambiente, Luciano Signore, admitió los atrasos y dijo que la voluntad de la actual gestión es avanzar con la reglamentación de humedales antes de fin de año.

Dijo que encargarán al CRUB «el estudio y categorización de todos los humedales, con un foco especial en el mallín del 12», que demanda urgente atención por la presencia de dos cervecerías, un complejo de bungalows y varias viviendas en la zona.

Signore indicó que el objetivo es «definir cuáles son los puntos críticos del mallín, el origen de la contaminación difusa y los efectos de la presión antrópica». Dijo que los datos a obtener a obtener servirían también para «ajustar los parámetros urbanísticos» en el área, como exigen los vecinos.

Como reflejo de esa preocupación, en el Presupuesto Participativo 2008 quedó seleccionado un proyecto para instalar plantas modulares de tratamiento de efluentes en torno del mallín.

Pero Signore dijo que avanzar con esa tecnología sin un estudio detallado «sería como colgar un cuadro sobre una ventana».