Bariloche: una playa para descubrir cada día

Voy + La cordillera

Un vendedor se para, uno a uno, frente a la gente tendida al sol. Es un día de casi 30°C en Playa Bonita, la más extensa en la costa del lago Nahuel Huapi. El joven deja su producto sin compromiso para que lo vean hasta que termine el recorrido. Ésta sería una postal más de un día de playa en la cordillera si no fuera porque lo que el vendedor ofrece es un libro con textos de su autoría. El éxito que tiene en la venta sorprende, incluso al mismo escritor, que cuenta a los que le preguntan que se trata de relatos propios de un viaje a México y otros textos.

Los días de calor en Bariloche tienen un encanto particular. Tantos meses de frío se pasan al año que una temperatura un poco más agradable ya invita a los residentes y turistas a sumergirse a largas horas expuestos al sol para lograr un bronceado de montaña en la piel.

Hay tantos recovecos en los lagos que rodean a Bariloche que se puede descubrir una playa distinta cada día aunque son solo nueve las que tienen servicio de guardavidas de 13 a 20, todos los días, hasta fines de febrero.

En el Nahuel Huapi la más concurrida es, sin dudas, Playa Bonita. En una extensión de 600 metros a la altura del Kilómetro 8 de Bustillo, se abre paso esta costa segura, con la Isla Huemul de fondo y una transitada vida lacustre entre kayaks, inflables y tablas de stand up paddle.

Como en una playa de la costa Atlántica, circulan a cada rato vendedores de todo tipo de comidas y bebidas refrescantes. Hay cubanitos rellenos de dulce de leche que se venden por $60 cada tres unidades, o los clásicos churros del Chapulín a $100 la media docena o $20 cada uno. También se puede degustar panes rellenos por $60, porciones de pasta frola, torta de dulce de leche y coco, además de helados en palito, cervezas frías y agua.

En Bonita hay tres puestos con guardavidas y la empresa Arum-co, conocida por el bautismo en buceo, este verano alquila kayaks para navegar en compañía o solos, con un costo de 350 pesos la hora por persona o 200 pesos la media hora.

Unos 4 kilómetros más adelante, el lago genera una pequeña bahía que los días de verano se colma. El espacio es escaso pero para las familias tiene el atractivo de no tener profundidad, ideal para ir con chicos, y la particularidad de ser la única con arena. Aquí también circulan vendedores ambulantes de todo tipo. Los kayaks se alquilan a $250 la hora ($150 la media hora) y las tablas de stand up paddle son frecuentes porque cruzando la calle está Patagonia Sup, que ofrece salidas grupales y escuelita para chicos.

Junto al Puerto San Carlos también hay una playa cotizada por los turistas y los amantes del deporte ya que allí hay canchas de arena para jugar beach vóley y tiene rampa de acceso para personas con discapacidad motriz.

En el lago Gutiérrez, en la playa de Villa Coihues, también el kayak y stand up paddle son una opción. “No se necesita experiencia, les damos una charla instructiva y a disfrutar”, dice el coordinador que ofrece el alquiler en $300 la hora por persona para tabla y kayak simple o doble, y $200 la media hora. La última salida es a las 18.

Otra opción es el lago Moreno, el de aguas más templadas que el resto de la zona. En el Circuito Chico, a cada lado del puente tiene playas accesibles, una de ellas con la premisa de no tener viento. Este verano no está el parador con música y opciones gastronómicas pero el ambiente es animado, en la llamada playa Pascasio. Mientras que, con algún grado de dificultad para llegar metiéndose por el barrio Casa de Piedra, se puede acceder a otra costa extensa, la Playa del Viento, en otro extremo del Moreno, a la altura del kilómetro 13.

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