Cómo soportaron los barilochenses los -25°C históricos

En el Alto sufrieron la falta de calefacción adecuada y de luz, pero los chicos pusieron la cuota de entusiasmo y convirtieron las calles en pistas de culipatín.

Cómo soportaron los barilochenses los -25°C históricos

Apenas se escondió el sol detrás de la imponente Cordillera de los Andes, Franz Villegas advirtió que se venía una madrugada muy dura. Con su esposa arroparon con todas las frazadas que pudieron a sus hijos Eliel, de un año, y Demián de 8. Todos se fueron a dormir con ropa. Quedaba poca leña y había que cuidarla para otro día. El servicio de electricidad había estado cortado durante gran parte del sábado y no podían conectar el caloventor que tiene.

La casilla de Franz está ubicada sobre una loma, en la calle Pasaje de los Vuriloches del barrio Nahuel Hue. Está construida de cantonera y protegida con nailon negro y chapas. Pero en la madrugada de ayer el frío se filtró por todas partes, le contó Franz a “DeBariloche” ayer pasadas las 14 mientras caminaba de regreso a su casa.

Los chicos le pusieron color a las calles del barrio convirtiéndolas en pistas de culipatín.
Chino Leiva

La población de Bariloche y los turistas soportaron ayer una madrugada donde la temperatura descendió hasta los 25,4 grados bajo cero. Ese registro histórico puso a prueba, sobre todo, a las familias que viven en los barrios pobres de la ciudad. Allí, donde no hay redes de gas natural y se debe recurrir a estufas a leña o caloventores a electricidad, para contener las bajas temperaturas en viviendas precarias o con poca hermeticidad.

Noemí abrigó con varios enteritos de polar a su bebé Bastián. Estaba contenta porque pudo calentar su casa con un caloventor, porque el servicio de luz se había restablecido a la medianoche en la calle Dos Islas del barrio Nahuel Hue.

La intensa helada congeló las canillas y la nieve que rodea su casa se transformó en un bloque de hielo. Contó que ayer todavía le quedaba gas en la garrafa y que prendía las hornallas de la cocina para tener un poco más de calor.

Fernando resolvió no pasar la noche en su casilla. No tenía luz ni agua porque el termotanque se había roto probablemente por las bajas temperaturas. Tampoco tiene gas natural. Por eso, se mudó temporalmente a la casa de un conocido, que le brindó refugio.

Ayer, el sol salió y volvió a brillar con intensidad. Sin embargo, no pudo levantar la temperatura que durante toda la jornada se mantuvo bajo cero. Pero contribuyó a paliar un poco el frío intenso.

Los chicos en los barrios disfrutaron a pleno la nieve, que se convirtió en placas de hielo. Cada pendiente se transformó en una virtual pista para deslizarse con trineos improvisados y culipatines. Fue la postal más repetida en diversos rincones de la ciudad.

Autos y techos colmados de nieve, la postal del Alto.
Chino Leiva

La ola polar también afectó a las familias de la zona oeste. Muchas familias viven en casas con calefacción central, que funciona con electricidad, pero desde el jueves o viernes están sin servicio. Decenas de árboles y de ramas se desplomaron sobre los tendidos eléctricos por el peso de la nieve.

Hasta anoche había 2.000 usuarios sin electricidad, informaron desde el área de prensa de la Cooperativa de Electricidad Bariloche.

Miles de familias que están desde hace tres días sin luz y en algunos barrios hasta sin agua potable porque las bombas instaladas en el lago Nahuel Huapi están paralizadas por el corte del suministro eléctrico.

Es el caso de los vecinos del barrio Parque Arauco, ubicado a la altura del kilómetro 23 de la avenida Exequiel Bustillo, cerca del exclusivo Hotel Llao Llao.

No tenemos luz desde el jueves y también nos quedamos sin agua”, contó Gustavo Dasso. Comentó que por fortuna tenía algo de leña para la chimenea de hogar para enfrentar la intensa ola polar. Su vivienda tiene calefacción central que quedó fuera de servicio por la falta de luz. “A partir del kilómetro 16 para el oeste es un desastre”, afirmó. De nada sirvieron los llamados a la CEB.

“Decidí ni salir de la casa. Tengo que hacer doscientos metros hasta la avenida, pero hay mucha nieve y además hielo”, describió.

Samanta vive con su esposo y su bebé en el barrio Alto Campanario, a unos dos kilómetros de Gustavo.

“Hace tres días que estamos sin luz y también estuvimos sin servicio de celular”, contó. “Tenemos un tanque de agua grande y todavía nos queda algo de agua”, explicó. Tiene miedo de que la luz no vuelva y las bombas de agua sigan paralizadas en el lecho del lago. “En mi casa hay casi setenta centímetros de nieve y no pasó la máquina”, indicó.

“Por suerte tenemos gas natural para calefaccionarnos, pero mi mamá que vive en el barrio Tres Cerros tiene caldera y recién hace una hora volvió la luz”, sostuvo desde la casa de su mamá. Había ido con su bebé y su esposo hasta la vivienda de su madre para ayudarle a cortar leña.

Los habitantes de esta ciudad se preparaban anoche para enfrentar otra madrugada de heladas intensas, con la esperanza de que no se repita una nueva marca histórica.


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