La escritora infantil enamorada de sus personajes

María Odano vuelve a contar las aventura de su más querido personaje, la brujita Alegría. Los cuentos tienen la misión de enseñarnos a volver a comunicarnos sin tecnología de por medio.

“La Brujita Alegría III. Guardiana del planeta” es la nueva creación de María Liliana Odano, una barilochense por adopción que va por su cuarto libro infantil.

La autora del texto e ilustradora afirmó que el último libro le tomó más de un año de trabajo y es “especial”. “Casi no hay intervención de la computadora. Los fondos están pintados con acrílicos y acuarelas. Todo está hecho a mano. Estoy fascinada”, confió la mujer de 65 años.

El personaje de “la Brujita Alegría” nació en el 2014 para recorrer el planeta tratando de solucionar problemas, admitió la escritora.

“En mi último libro, la brujita se va a Punta Tombo porque recibe un llamado alertando sobre una mancha de petróleo que ponía en serio peligro a la colonia de pingüinos. Luego, va a un bosque para evitar una tala y salvar a los ciervos pudú pudú. Estos cuentos tienen la difícil misión de convencernos para usar la tecnología en forma más racional y volver a comunicarnos sin pantalla de por medio. Al final de cada cuento, hay una poesía”, manifestó Odano.

La mujer oriunda de Pergamino, provincia de Buenos Aires, admitió que “escribió toda su vida sobre todo lo que le pasaba”. “Al escribirlo, lo malo parecía menos malo y lo bueno era mejor. Cuando nacieron mis nietos empecé a escribirles a ellos. Me pedían que se los fotocopie; luego, me empezaron a pedir dibujitos. Un día, mi marido me preguntó por qué no me animaba a escribir un libro y así surgió la brujita Alegría que no era más que la niña que yo tenía adentro”, señaló la mujer que trabajaba en el Poder Judicial hasta que se jubiló.

No lo duda. El primer libro fue el proyecto más complejo porque “hubo que ponerle rostro a la brujita que vuela en su propio sombrero azul y lleva pociones mágicas en los bolsillos de su pollera”. Desde ese entonces, la mujer anda siempre con una lapicera y una libretita encima. “A veces, hay algún detonante, una imagen que me dispara una historia y dejo que la imaginación vuele”, admitió.

Los nietos de la escritora son los primeros lectores de cada obra y sus principales críticos. A partir de la publicación de sus libros, Odano comenzó a visitar escuelas y jardines de infantes para dar charlas.

“Cada devolución es maravillosa. Recuerdo la primera feria del libro. Nunca había hablado en público y no dormí por un mes. Di una charla, se llenó de gente y terminé dando cinco charlas. El narrador Roberto Moscoloni, de La Plata, ha llevado mis cuentos a la Villa 31, al penal de mujeres”, subrayó.

Odano reconoció que “la escritura infantil me devolvió la juventud, me revivió cosas dormidas. Siento un placer que no puedo explicar. Son ediciones de autor. Mi objetivo no es económico, yo no vivo de esto. Cada vez que publico intento juntar el dinero con la venta de ese libro para publicar el próximo. Es la parte más difícil. Es muy caro publicar y especialmente, para los niños por el tipo de papel, el color. Hasta ahora mis libros me van respondiendo”, señaló.

“Pensé que los sentimientos con el primer libro no se repetían pero voy por el cuarto y siento lo mismo”,

María Liliana Odano, escritora.

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“Pensé que los sentimientos con el primer libro no se repetían pero voy por el cuarto y siento lo mismo”,

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