La tradición se palpitó en la calle Onelli

Unas 10 agrupaciones de danzas y unos 500 caballos desfilaron esta mañana entre payada y payada.

La tradición se palpitó en la calle Onelli

Las agrupaciones gauchescas desfilaron por la calle Onelli esta mañana, bajo un cielo despejado con sol y gran cantidad de público, para celebrar el Día de la Tradición.

Se sumaron diez agrupaciones de danzas y alrededor de 500 caballos que recorrían la arteria, entre las payadas de Víctor Parra y las presentaciones de los conductores. “El tata Diso nos arregló el día por suerte porque ayer, la primera jornada de estos festejos tuvieron que trasladarse al gimnasio 2”, dijeron en el medio del desfile.

Guillermo Inostroza observaba el desfile detrás de las vallas: “Tenemos que apoyar estos festejos que tienen que ver con nuestra identidad. De hecho el día nos acompaña. Y disfruto mucho que el desfile se haga en la calle Onelli. Es más popular”, dijo.

Víctor Hugo Godoy fue otro vecino que no quiso perderse los festejos, junto a su esposa. “No nos perdemos un solo desfile. Esto tiene que ver con lo que mamamos de chiquitos en la escuela cuando bailábamos, cantábamos y tocábamos la guitarra. Nos llamó la atención que la banda de la Escuela MIlitar de Montaña dio apertura al desfile y se fue. El año pasado acompañaron todo el desfile”, planteó el hombre.

Mientras desfilaba con un bebé en brazos, María José Aguilar relató que hace dos atrás, crearon la agrupación “La Patriada” para enseñar a bailar folclore a los chicos de 3 a 11 años en los centros comunitarios.

Alén Krizyslowski explicó que la agrupación a la que pertenece, “El gauchaje ballet”, nació el año pasado también para enseñar a bailar folclore a los niños en el centro cultural del barrio Seis Manzanas y a los adultos en el barrio La Alborada con “la intención de revalorizar la tradición”. “Yo bailo desde que tengo memoria”, dijo la joven sin dejar de agarrarse la pollera de paisana por un segundo.

Adriana Luengo, de la agrupación “Pampa y Cielo”, explicó que año tras año, su familia del barrio El Vivero participa de las jineteadas. “Es una emoción enorme estar acá”, dijo montando uno de los 40 caballos que poseen. Unos metros más atrás, su tío, Daniel Osés, llevaba a dos sobrinos en su caballo. “Quiero que palpen esta enorme alegría”, recalcó.


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