Las claves de Invap para sobrevivir en la nueva etapa

Logró cuatro contratos internacionales en meses, pero de todos modos en la empresa estatal de tecnología siguen tratando de abrir nuevos mercados con el prestigio como bandera.

El triunfo de Mauricio Macri llenó de incertidumbre a los físicos e ingenieros que conducen Invap, la empresa pública rionegrina que había multiplicado por cuatro su planta de personal en los 15 años anteriores, de la mano del desarrollo de un plan satelital y el mantenimiento de otros contratos de la tradicional área nuclear, todo con fuerte dependencia del Estado nacional.

La única vez que el presidente llegó a Bariloche en plan oficial fue para visitar Invap (hubo muchas otras, pero siempre de paso hacia Villa La Angostura o Lago Escondido). Evitó hablar de la construcción del Arsat 3, el satélite geoestacionario de comunicaciones cuyas dos versiones anteriores habían sido construidas en Bariloche y que le dieron a la empresa prestigio definitivo en materia espacial.

Ese día Los Grobo, la empresa de Gustavo Grobocopatel, el “zar de la soja”, firmaba un acuerdo con Invap para crear Frontec, una firma de servicios satelitales para el agro. Pero la sociedad duró apenas un año y hoy el 100% del paquete accionario está en manos de la compañía rionegrina.

Enroque

El entonces gerente general de Invap Héctor Otheguy, cuya imagen estaba, para la administración actual, demasiado asociada al gobierno kirchnerista, dejó el año pasado ese puesto luego de décadas. De todos modos, pasó a ocupar la presidencia del directorio. En su lugar asumió Vicente Campenni.

No se trató sólo un cambio de nombres (que, en definitiva, no fue más que un enroque) porque la compañía se propuso un golpe de timón y una apertura hacia la opinión pública. Y por ahora, eso les permite mantener la planta de personal y, en un escenario complicado, no achicarse.

En las cuatro décadas que tiene la empresa, en Invap no sólo aprendieron a hacer reactores y satélites: también saben hacer negocios y buscar oportunidades en todo el mundo.

De hecho, hay personal de Invap en sitios remotos, como Arabia Saudita o Argelia.

Nuclear

A pesar del impulso en otras áreas, nunca levantaron las redes tendidas hacia el mundo nuclear e incluso el contrato que acaban de obtener en Holanda para la construcción de un reactor había sido adjudicado hace casi 10 años, pero la crisis financiera internacional de aquel entonces frenó el proceso del cliente, Foundation Pallas. Representará ingresos, distribuidos en varios años, de 500 millones de dólares.

El área espacial aún tiene peso dentro de la facturación porque en el “cuarto limpio” de la sede de Invap, en el Este de Bariloche, están en desarrollo los satélites Saocom, un proyecto ítalo-argentino de estudio del clima y la agricultura. Pero no hay nuevos contratos en el horizonte.

Mientras continúa la construcción de centros de radioterapia y medicina nuclear en nuestro país (el de Bariloche está inaugurado en parte), acaba de obtener un contrato para desarrollar y levantar tres en Bolivia. Y en sociedad con la Comisión Nacional de Energía Atómica, capacitará a los que operarán esos centros.

Hay una señal para avanzar en los aspectos de la construcción del reactor brasileño RMB en los que Invap interviene.

Experiencia

En cada una de las cuatro áreas de negocios de la empresa, hay un subgerente con un “team” de hasta cinco personas absolutamente dedicadas a las ventas. Detectan oportunidades, buscan socios, procuran financiamiento, explicó Campenni.

Tanto en materia nuclear como en asuntos espaciales, el grupo de empresas “es chico y todos se conocen”, dijo.

“Nosotros exploramos todas las oportunidades. Hay que tener en cuenta que en el 95% de los casos, nuestros clientes son Estados, y que el tiempo de incubación de negocios de esta magnitud es muy grande”, sostuvo el gerente general de Invap.

En los últimos cuatro meses, la empresa barilochense cerró cuatro grandes contratos: el reactor en Holanda, los radares para la seguridad del G20, el reactor en Brasil y los centros de radioterapia en Bolivia.

Pero no es lo normal, advirtió Campenni. “Estoy contento porque veo que dentro de los problemas de la transición y en un contexto difícil tenemos posibilidades no sólo de salir adelante sino además de resultar fortalecidos”, agregó.

“Hay que ir buscando alternativas distintas a las tradicionales -continuó- y generar nuevos mercados”.

La espacial “es un área de negocios compleja y difícil de incubar. Hay empresas interesadas en el desarrollo de satélites y otras que buscan asociarse con Invap para encarar sus propios desarrollos”, reveló Campenni, sin dar mayores detalles.

Invap es socio además de la empresa del Estado nacional Arsat en el Centro de Ensayos de Alta Tecnología, cuya principal misión es someter los satélites a pruebas que simulan las condiciones del espacio.

En 2010 Invap inauguró su complejo ubicado en el Este de Bariloche, financiado con la colocación de obligaciones negociables.

En 1989, gracias a un acuerdo con la NASA, la empresa comenzó su trayectoria espacial, que tuvo su punto más alto con los dos satélites Arsat.

En julio del año pasado la empresa dejó de pagar una parte de los aguinaldos del personal y creó un “fondo de ahorro” a 90 días, con una tasa del 20%.

Están vigentes además una serie de contratos, con organismos estatales esencialmente, de montos mucho más pequeños.

Ventas

Área nuclear 33%

Área tecnología, informática y comunicaciones 28%

Área aeroespacial y gobierno 37%

Área industrial y energías alternativas 1%

Otras ventas 1%

En números

En el mundo

1.000 empleados en Bariloche

150 empleados en Buenos Aires

100 empleados en la central Embalse

100 empleados en Córdoba

5 empleados en Arabia Saudita

5 empleados en Argelia

Subsidiarias

Invap Ingeniería SA Argentina (80% de las acciones)

Eólica Rionegrina SA Argentina (60,08%)

Fundación Invap Argentina (100%)

Frontec SA Argentina (100%)

Black River Technology Inc. de Estados Unidos (100%)

Invap do Brasil Ltda (99,99%)

La venta de un reactor a Holanda llevó casi 10 años

Datos

En 2010 Invap inauguró su complejo ubicado en el Este de Bariloche, financiado con la colocación de obligaciones negociables.
En 1989, gracias a un acuerdo con la NASA, la empresa comenzó su trayectoria espacial, que tuvo su punto más alto con los dos satélites Arsat.
En julio del año pasado la empresa dejó de pagar una parte de los aguinaldos del personal y creó un “fondo de ahorro” a 90 días, con una tasa del 20%.
Están vigentes además una serie de contratos, con organismos estatales esencialmente, de montos mucho más pequeños.
1.412
empleados tiene la empresa en toda su estructura.
930
personas de esa planta son profesionales.
3.260
millones de pesos facturó durante el último año.
19.740.800
pesos es la ganancia anual declarada en el último balance.
La compra de parte de una fundación holandesa de un reactor nuclear a Invap es “una muestra de las cosas buenas que trae volver a ingresar al mundo, una inserción inteligente, que es lo que estamos haciendo estos dos últimos años”, dijo el presidente Mauricio Macri cuando hizo el anuncio, tras una reunión con la reina Máxima.
“Esto confirma que la Argentina puede ser un socio confiable en el uso pacífico de la tecnología nuclear”, añadió.
En realidad, Invap había ganado esa licitación en 2008 pero la crisis financiera internacional frenó el proceso. Foundation Pallas decidió el año pasado convocar a los mismos oferentes para participar de una nueva compulsa, en la que otra vez se impuso la empresa estatal rionegrina.

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