Los preceptores: de celadores a tutores de los estudiantes

Los procesos sociales y la reforma de la secundaria introdujeron cambios en la función de estos docentes en Río Negro. En Bariloche, la mayoría son “profes” de Educación Física.

Históricamente, se vinculó a los preceptores de la escuela secundaria con tres funciones: tomar asistencia, pasar las notas de los alumnos y acompañar a los chicos, por ejemplo, ante alguna hora libre por la ausencia de los profesores.

En algunos casos, el vínculo con los estudiantes se hacía más estrecho y había un seguimiento de cada uno aunque esto dependía exclusivamente del compromiso y la vocación de cada preceptor, lejos de constituir una obligación laboral.

A partir de la transformación de la escuela rionegrina, el rol del preceptor como tutor del alumno quedó explicitado formalmente y dejó de ser una opción de cada trabajador.

Ahora, el preceptor acompaña a un grupo de estudiantes, desde primer año hasta su egreso y registra todo cuanto acontece en el aula (y fuera de ella).

“Lo que se ha hecho es formalizar trabajos pedagógicos que ya se venían haciendo. A diferencia de antes, cada preceptor acompaña a 50 chicos –en promedio– durante todo su proceso escolar. Ya no cambian año a año de grupo. Esto profundiza el vínculo porque el preceptor sabe qué le pasa al chico desde otro lugar que no es el aula”, sintetizó Sergio González, supervisor de nivel medio.

Matías Ponce es profesor de Educación Física pero trabaja como preceptor desde hace 12 años. “Hoy la responsabilidad es mayor. Se trata de entablar relaciones con los chicos para entender las problemáticas que arrastran. Tomamos asistencia, por ejemplo, aunque no se computan las faltas para saber si estuvo faltando mucho o no. Si un chico tiene a su familia atrás, está bien alimentado y puede tomarse el colectivo, es probable que termine la escuela. Actuamos como psicólogos de pibes y padres”, resumió el preceptor de las escuelas 44 y 96.

Jorge Lucero, otro supervisor de nivel medio, consideró que el trabajo de los preceptores “ha dejado de ser un trabajo meramente administrativo para adquirir más compromiso con el rol. Hay un trabajo más pedagógico desde lo social. Los preceptores trabajan coordinadamente con los docentes e incluso, pueden ayudar con las clases”.

Río Negro cuenta con 845 preceptores en las escuelas rionegrinas diurnas. En Bariloche, la lista de preceptores alcanza los 121 y la mayoría son profesores de Educación Física que terminan tomando cargos como preceptores ya que la altísima oferta que aporta la carrera de la Universidad Nacional del Comahue no se condice con la baja demanda.

Otro caso es el de Damián Guinudinik, que se recibió como profesor de gimnasia en 2014 y desde entonces, trabaja como preceptor. “Lo que hacemos ahora es un seguimiento más personalizado de los alumnos. Estamos atentos a las materias flojas o las que adeudan, qué les pasa, su orientación y su afinidad con el curso. Es mucho más productivo”, detalló.

Silvia Abadia también es profesora de Educación Física pero trabaja como preceptora en doble turno desde hace 15 años. “Esto de ser tutores de los alumnos siempre se hizo. Lo que cambió ahora es el pedido para sistematizar esa información a través de un cuaderno de seguimiento”, planteó la mujer que trabaja por la mañana en la escuela rionegrina 46 y por la tarde, en el secundario de Dina Huapi.

Admitió que “lo que más disfruta es el vínculo con los chicos. Se abren un montón con nosotros porque sienten que pueden dialogar. Somos como psicólogas. Más en este contexto social, tenemos que cubrir un montón de espacios. Hay pibes con mala alimentación, con pocas horas de sueño y eso incide en el proceso de aprendizaje. A veces, les sugerimos que dejen el celular antes para descansar mejor. Muchas familias trabajan mucho, están poco y como vos armaste un vínculo, quizás te escuchan más que a sus padres”.

En la provincia
hay 845 preceptores que cumplen
funciones en las escuelas secundarias
diurnas. De ese total, 121 están en colegios de Bariloche.

“Antes estaban muy comprometidos con su disciplina, abocados a la clase solamente. Hoy hay más compromiso con los pibes”.

Jorge Lucero es uno de los supervisores de nivel medio en Bariloche.

“El rol siempre tuvo un perfil pedagógico pero al no estar escrito taxativamente había distintas situaciones”.

Silvia Abadia, profesora de Educación Física, es preceptora hace 15 años.

Junto con un profesor arman una pareja pedagógica

Gabriela Lerzo, directora de Educación Secundaria de Río Negro, sintetizó que la labor de los preceptores está centrado en “el trabajo vincular con los chicos, en fortalecer el vínculo con ellos y sus familias y acompañarlos en sus necesidades para sostener la escolaridad”.

“Durante mucho tiempo, esa tarea tuvo un perfil administrativo muy centrado en el control de la asistencia. Ahora, los preceptores empiezan a ser tutores de los estudiantes junto a un profesor. Hay un acercamiento significativo a los estudiantes. Se accede a sus necesidades de manera rápida y esto permite dar respuestas significativas. Enriquece mucho el trabajo”, reconoció la funcionaria provincial.

Hoy al frente de cada curso, hay una “pareja pedagógica” conformada por el preceptor y un docente que cuenta con la aceptación de los chicos y tiene asignadas horas para realizar ese acompañamiento.

“La nueva escuela rionegrina designó profesores que nos ayudan con el seguimiento de los alumnos. El hecho de tener el mismo curso de primero a quinto año permite conocerlos mucho a los chicos y a sus familias. No te pasa que al año siguiente, tenés un grupo nuevo y hay que volver a formar el vínculo”, sintetizó la preceptora de Bariloche Silvia Abadia. El nuevo régimen de la escuela rionegrina impuso un “espacio de vida estudiantil”, dos horas semanales, alejadas de las horas institucionales y destinadas a que los chicos piensen proyectos sobre diversas inquietudes, desde la conformación del centro de estudiantes, charlas sobre Educación Sexual Integral, talleres de cocina y otras actividades.

“Es algo inédito. Aprender a vivir en la escuela es una reproducción del aprendizaje para vivir en la sociedad. Hasta ahora, los chicos no tenían una voz activa en la escuela. La idea con este espacio es ver qué necesidades tienen. Hay que llenar ese espacio de sentidos”, expresó Lerzo.

“Antes, un preceptor era alguien con título secundario; hoy en el 80% de los cargos de preceptores hay profesores de Educación Física”.

Jorge Lucero es uno de los supervisores de nivel medio en Bariloche.

Datos

En la provincia
hay 845 preceptores que cumplen
funciones en las escuelas secundarias
diurnas. De ese total, 121 están en colegios de Bariloche.
“Antes estaban muy comprometidos con su disciplina, abocados a la clase solamente. Hoy hay más compromiso con los pibes”.
“El rol siempre tuvo un perfil pedagógico pero al no estar escrito taxativamente había distintas situaciones”.
“Antes, un preceptor era alguien con título secundario; hoy en el 80% de los cargos de preceptores hay profesores de Educación Física”.

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