No cede la violencia familiar en Bariloche

Los datos oficiales indican que desde que abrió la Comisaría de la Familia hubo 2.512 denuncias. En la mayoría de los casos, el agresor o agresora es la pareja. El 80 por ciento de las presentaciones las hicieron mujeres. El 20 restante, hombres.

No cede la violencia familiar en Bariloche

La violencia familiar no disminuye en esta ciudad. Así lo reflejan las estadísticas de la Comisaría de la Familia que cumple dos años de intensa actividad.

Los datos indican que desde la inauguración hasta la fecha se tomaron 2.512 denuncias correspondientes a la ley de violencia familiar. Durante el primer año de trabajo de la Comisaría de la Familia se registraron 809 denuncias entre mayo y diciembre. Mientras que en 2017 se recibieron 1.269 denuncias.

Aunque si tomamos en cuenta la comparación entre el período mayo diciembre, hubo 768 denuncias, lo que indica un leve descenso en comparación con el mismo período de 2016.

Pero ese leve descenso se revierte en los cuatro primeros meses de este año. Los datos arrojan que se tomaron 434 denuncias por violencia familiar entre enero y abril pasado. Mientras que en el mismo cuatrimestre de 2017 hubo 401 denuncias, en la unidad a cargo de la subcomisario Marisol García.

“Una variable significativa en orden a analizar la violencia en los sistemas familiares es el vínculo de la persona en situación de violencia con el/la agresora”, indica el informe oficial. “Según se observa en las estadísticas que a posteriori se detallan, en la mayoría de los casos el/la agresor/a es la pareja, prevaleciendo la modalidad conyugal, continuando la modalidad familiar y posteriormente la modalidad infanto-juvenil”, advierte el informe.

El documento señala que aproximadamente un 80 por ciento de las denuncias anuales fueron hechas por mujeres y un 20 por ciento por hombres.

“Otro factor relevante a considerar es el consumo de alcohol o sustancias psicoactivas por parte del agresor/a. Cabe aclarar que dicho consumo puede potenciar las posibilidades de violencia, al actuar como factor deshinibidor, incrementando así las situaciones de riesgo. No siendo un justificativo ni desencadenante, sino un agravante en la situación de violencia”, indica el informe.

“Desde la comisaría, la subcomisarío García y la asesora letrada coordinaron conjuntamente con operadores sociales terapéuticas pertenecientes a iglesias evangélicas, a fin de llevar a cabo un trabajo articulado con grupos familiares que demandaron asistencia en problemas de consumo”, detalla el documento.

Destacaron que “desde el equipo de capacitación y desde las diversas Guardias de la Unidad se han brindado charlas a colegios y juntas vecinales de sensibilización sobre violencia familiar, noviazgos no violentos, sensibilización a Unidades de orden público, participación en la Semana de la Juventud, en la Maratón contra el abuso sexual infantil”, entre otras.


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