Revuelo por lotes que Subterráneos de Buenos Aires remata en Bariloche

Un edicto de remate publicado por el banco Ciudad de Buenos Aires generó fuerte revuelo en esta ciudad, porque los terrenos involucrados están a unas 20 cuadras del Centro Cívico y tienen ocupantes desde hace casi cincuenta años, que temen por un inminente desalojo.

José Valenzuela vive allí con su familia a pocos metros de la humilde vivienda de su mamá, quien se instaló en el lugar con su esposo hace varias décadas, cuando la empresa de transporte Perito Moreno estacionaba allí sus colectivos y lo contrató como cuidador.

Los lotes que quiere subastar el banco porteño están ubicados sobre dos cotizadas cuadras de la calle Elordi, entre 25 de Mayo y Chubut, en el barrio Las Quintas.

Allí viven actualmente ocho familias –incluidos doce niños–, todos descendientes de Paula Ferrada, la madre de José.

En los últimos días acudieron al Instituto Municipal de Tierras y Viviendas y buscaron asesoramiento jurídico en el intento de frenar el remate y evitar que los desplacen de esas parcelas.

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Valenzuela dio por descontado que detrás de la decisión que precipita el remate “hay un negociado”. La especulación suya y de sus familiares es que “detrás de todo esto están los apellidos de la corrupción de siempre”, que no quiso identificar pero que vinculó con “los negocios inmobiliarios de Bariloche”.

Dijo que nadie los notificó oficialmente de nada, pero que existen “rumores” de desalojo, porque el interés del banco sería entregar las tierras libres de ocupantes.

Según Valenzuela (quien tiene una gomería y toca en una banda de heavy metal), están asentados allí desde que él era un niño de corta edad y siempre supieron que las tierras eran “del Estado”.

Según la información brindada por el Banco Ciudad, desde 2017 esos lotes fueron transferidos a la empresa Subterráneos de Buenos Aires SE.

Intimidación

Las familias que viven en el lugar están preocupadas porque “pasa gente en actitud intimidante y sacan fotos”. Ante el riesgo de que sean desalojadas también se movilizó a la presidente de la junta vecinal Las Quintas, Rosalía Fondovila, quien además es familiar de los Ferrada.

Según el anuncio publicado por el banco, la subasta se realizará el próximo martes 30 en Buenos Aires y estará dividida en tres bloques. El primero comprende terrenos por 2.872,5 metros cuadrados y tiene una base de 19 millones de pesos. El segundo, de 1.796,8 m2, saldrá a subasta con una base de 11 millones y el tercero de 1.496,5 m2, con 10,4 millones de pesos como base.

En total la superficie a rematar supera la media hectárea, que según los precios base está valuada como mínimo en 40 millones de pesos. Algo más de un millón de dólares.

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En la información que el banco le da a los interesados nada dice sobre la añeja ocupación de los terrenos.

Una cláusula de las condiciones aplicadas a la subasta obliga al comprador a “tomar a su cargo el saneamiento ambiental, catastral, constructivo, registral o judicial del inmueble, con renuncia expresa a la garantía de evicción”. Este último término hace referencia a la pérdida de un derecho por otro anterior ajeno.

Mientras le servía la comida a su hija antes de llevarla a la escuela, Valenzuela explicó que varias de las casas del asentamiento son de material y tienen luz, gas y cloacas, tramitadas con aval del municipio. Los impuestos llegan a nombre de “Estado nacional”. Dijo que años atrás su mamá inició un juicio de usucapión que no avanzó.

Con ayuda de la junta vecinal las familias se organizaron para contactar a una abogada que mañana realizaría una presentación en la Justicia con la intención de frenar el remate.

Todos los integrantes de las familias que viven en el lugar son descendientes de Paula Ferrada. Alguna vez intentaron sin éxito un juicio de usurpación.

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