Sebastián De la Cruz, el hombre que quería llegar a lo más alto

Formado en el Club Andino Bariloche, Sebastián de la Cruz escaló el Fitz Roy a los 16, luego las Torres del Paine y a los 25 los 8.611 metros del K2 en Himalaya. Aquí recuerda esas y otras proezas.

En la cima del mundo, a 8.611 metros sobre el nivel del mar, Sebastián De la Cruz logró la mayor hazaña para un argentino en el K2, la montaña más difícil de escalar en la Cordillera del Karakórum, del sistema de los Himalayas. La proeza la logró el 30 de julio de 1994, a los 25 años y hasta hoy, es el único argentino en llegar a esa cumbre.

Sebastián de la Cruz es un prócer de la montaña. Sus mayores desafíos se concentraron en una década, en los años de juventud. Es producto del semillero del Club Andino Bariloche y la Escuela de Montaña y con disciplina y humildad fue paso a paso escalando en sus metas hasta llegar a la segunda cumbre más alta del mundo. Antes fue el primer adolescente que con 16 años escaló el Fitz Roy, ascendió el cerro Torre, las Torres de Paine, caminó por los Hielos Patagónicos e hizo una travesía de 60 días caminando sobre el hielo de la Antártida camino al Polo Sur. Después llegó el retiro (que nunca es completo), la responsabilidad familiar y otro rumbo de vida.

Con 49 años, Sebastián sigue teniendo un aspecto juvenil y continúa con la mente y el cuerpo activos en la montaña. Hoy con un proyecto personal que encaró con su entrañable compañero de senderos, Gerardo “Chulengo” Lamuniere, para dejar a los escaladores un refugio de montaña en la zona del Río Turbio, a donde se llega después de tres días de cabalgar y andar a pie.

Además de espíritu de montaña, Sebastián tiene un costado poeta y otro tanto filosófico, al menos eso se percibe en “Del Fitz Roy al K2. Una década de escaladas en alta montaña”, un libro de su autoría basado en los escritos que en cada ascensión realizó, a modo de diario de viaje.

En el refugio Berghof, un entorno de montaña cercano a la urbanización pero con fuertes lazos en la historia del andinismo de Bariloche, Sebastián de la Cruz dialogó con “Río Negro” de su historia .

En 1985 en la fisura de Jim, en las agujas del Frey.

P-¿Cómo fueron tus comienzos en la montaña?

R- Acá en Bariloche, el lugar te lleva. En la infancia andaba siempre en la calle y después mi madre nos mandó a los campamentos del Club Andino y también a la Escuela Juvenil de Montaña. Cuando fuimos a Suiza también nos llevaba de caminata, esas caminatas interminables y acá igual… y me gustó. En un momento me picó el bicho de la escalada, formalmente hice un curso de escalada en hielo que dio el Club Andino Bariloche y otro del Centro Andino de Buenos Aires, después me fui al Frey por mi cuenta, a subir y a escalar. Tenía 12 o 13 años.

P- Fuiste la persona más joven que escaló el Fitz Roy a los 16 años…

R- Sí y lo sigo siendo… No sé que pasa con los chicos, están dormidos (risas) pero si un pibe empieza y se le da bien, puede incluso con menos edad subirlo, lo que pasa es que hay que tener ganas.

P- ¿Cómo llegaste al Fitz Roy a esa edad?

R- A los 14 años ya escalaba por todos lados y me había hecho un mínimo de material y un grupo. A los 15 con mi compañero Gabriel Ruiz –que es unos años más grande que yo– queríamos ir al Fitz Roy pero mis padres no me dejaron así que nos quedamos entrenando en el Frey. Ya con 16 me dejaron ir pero teníamos que ir con gente adulta, adulta y responsable (risas), entonces lo enganchamos a Chulengo (Gerardo Lamuniere) que estaba de refugiero en el Jacob y justo le habían rescindido el contrato del Club Andino, así que aceptó y fue al Sur con nosotros, fuimos los tres y después llegó Nicolás, mi hermano, y Daniel Feinstein. Tuvimos buen tiempo. Fuimos en diciembre del ‘85 y subimos el 15 de enero del ‘86.

P-Después de esa primera aventura imagino que llegó otra meta…

R-Yo todavía iba a la escuela y me llamaron unos amigos españoles para ir al cerro Torre en diciembre en el marco del programa de la Televisión Española Al filo de lo imposible. Fui como asistente de cámara y me enganché con esto de las películas de montaña. Después quedé changueando en el sur y de golpe tenía un montón de guita, no sabía si comprarme una moto o irme de viaje, y me fui de viaje a Yosemite, en California, que era mi sueño escalarlo. Me fui con 18 años y a la aventura. Estuve tres meses en Norteamérica y de ahí a Europa, trabajaba y salía a escalar. Volví con dinero y ganas de ir a Perú, así que fuimos con mi hermano Nicolás a la Cordillera Blanca. Estuvimos dos meses buenísimos escalando.

Tocó la flauta traversa media hora en la segunda cumbre más alta del mundo, en los Himalaya.

P-El K2 se menciona como una gran hazaña ¿cómo fue?

R-Fue mucho después, en el ‘94, había participado de un proyecto para la Televisión Española con el Cruce de los Hielos Patagónicos y nos ofrecieron los permisos (ascenso) para el K2 porque suspendían ese proyecto. Pedimos viáticos, una cámara para filmar y para grabar sonido. Éramos siete, yo iba a poner el hombro, los experimentados iban a subir. Pero al final se dio al revés: ellos tuvieron inconvenientes y se murió uno de los escaladores, falleció de agotamiento…

P-¿En la cima tocaste la flauta traversa?

R-Llevaba la flauta escondida, es una tomada de pelo y no quería ofender a nadie. La metí entre la ropa. Quería ver si realmente la altura te afecta, y no, toqué perfecto media hora. Estuvimos arriba menos de una hora.

P-Hasta ese momento no habían llegado otros argentinos…

R-No, soy el único argentino que llegó al K2 hasta hoy. Es caro y es lejos… yo tuve una oportunidad y la aproveché. Hoy en día está la capacidad en Argentina, de un montón de chicos y chicas que andan muy fuerte en la montaña, que lo podrían hacer.

P-¿En algún momento estuviste en una situación extrema para tu vida?

R-Siempre pasa algo pero convengamos que es mas difícil cruzar la calle, sobre todo acá que los semáforos para el peatón no te dan tiempo y cuando se pone en amarillo tenés que correr.

P-¿Te retiraste de la montaña?

R-La vida es muy dinámica, uno hace lo que te motiva, estuve en el Polo Sur, me dedique unos años a organizar eventos de aventura que son desafíos, estuve haciendo familia, con mi chica tuvimos hijos y hace poco me involucré en un proyecto en Río Turbio de desarrollar unos refugios de montaña en las nacientes del Lago Puelo y ahí estamos, haciendo refugios al estilo pobre pero con voluntad y trabajo se hace muchísimo, casi todo.

Sebastián hoy, con un viejo letrero del Club Andino Bariloche, en el refugio Berghof. (Foto: Alfredo Leiva)

Una biografía de montaña

Sebastián de la Cruz nació el 24 de marzo de 1969 en Ginebra, Suiza. A los dos años llegó a la Argentina con sus padres, Annelies (suiza) y José (oriundo de Santiago del Estero). Con sus hermanos Nicolás y Manuel incursionó en la montaña. Fue a la Escuela Juvenil de Montaña del Club Andino y en 1982 hizo su primer curso de escalada en hielo, en el monte Tronador.

A partir de 1986 inició una década de grandes logros, escaló en roca y hielo, en diversas paredes de la Cordillera, participó del programa de TVE “Al filo de lo imposible” y de la película “Grito de Piedra”, que se filmó en el cerro Torre en 1990. En el verano de 1987 hizo su primer ascenso en montañas de altura, en el Aconcagua. Escaló el Yosemite (California) y los Alpes (Europa), en Perú ascendió el Chopicalqui, Huascarán y Artesonraju (Cordillera Blanca) y cruzó los Hielos Patagónicos.

Dictó numerosos cursos de escalada en 1992 dio la vuelta al lago Nahuel Huapi caminando, y en 1994 en un curso para guías de alta montaña que dirigía, se salvó milagrosamente de una tragedia en el cerro Tronador donde murieron tres escaladores.

Desde entonces nunca más dirigió un curso de escalada personalmente.

Los últimos años de grandes aventuras fueron en el Himalaya cuando ascendió el K 2 en 1994 y entre diciembre de ese año y enero de 1995 caminó 1.200 kilómetros sobre hielo en la Antártida, desde el mar Weddell al Polo Sur, para un programa de TVE. Las aventura continuaron.

Hoy Sebastián tiene tres hijos, Juan, Pedro y Camilo.

Rumbo al Polo Sur, una caminata de 60 días con -25°C.

Doce capítulos de un peregrino

Subió el K2 sin oxígeno y por una traza técnica, transitada por pocas expediciones. Es la ascensión más difícil de un argentino en los Himalaya.

El dato

“En mi época éramos 5 los que hacíamos el nivel de dificultad más alto y 200 los que escalaban. Hoy hay gente que escala por todos lados…”.

Sebastián de la Cruz

“Es vos y la montaña, vos y la naturaleza. Si no podés, debés regresar, prepararte mejor y volver a intentarlo”.

Fragmento del libro “Del Fitz Roy al K2”.

Escalada en roca y hielo, las especialidades de Sebastián.

años tenía Sebastián cuando hizo cumbre en el monte Fitz Roy, a 3.405 msnm.

16

1.200

kilómetros estuvo caminando sobre el hielo rumbo Polo Sur en dos meses.

Datos

La década dorada de las escaladas de Sebastián de la Cruz en la alta montaña fueron reflejadas en un libro de editorial Caleuche, compilado por el periodista y guía de montaña Toncek Arko en 288 páginas de combinan relatos y fotografías, divididos en doce capítulos.
La producción del libro demandó seis meses de relectura, corrección y agregados, y hoy se consigue en cuatro librerías de Bariloche y en Buenos Aires.
Lejos de los tecnicismos de la escalada, Sebastián escribe en un lenguaje coloquial, con reflexiones de la vida de montaña y con trazos poéticos del contexto que lo rodea en las alturas. El libro se basa en los escritos que el propio Sebastián hizo en cada aventura, a modo de diario de viaje. “Siempre me gustó escribir y el papá de Toncek (que ofició de compilador) Vislao Arko me decía que tenía que escribir, que tenía talento y siempre me machacó y apoyó en ese sentido”, contó a “Río Negro”.
Sus inicios en la escritura fueron de la mano con su primera gran meta: el ascenso al Fitz Roy, a los 16 años, y “después se volvió una norma”.
“La idea fue narrar aventuras y no hay una igual a otra”, dijo de la Cruz que próximamente tendrá su propio sitio web (sebastiandelacruz.com.ar) donde difundirá textos e imágenes inéditas para el mundo de la montaña.
Subió el K2 sin oxígeno y por una traza técnica, transitada por pocas expediciones. Es la ascensión más difícil de un argentino en los Himalaya.
8.611
msnm es la altura de la cima del K2, la segunda montaña más alta del mundo, que escaló.
“En mi época éramos 5 los que hacíamos el nivel de dificultad más alto y 200 los que escalaban. Hoy hay gente que escala por todos lados…”.
“Es vos y la montaña, vos y la naturaleza. Si no podés, debés regresar, prepararte mejor y volver a intentarlo”.

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