Testigo vio a policías disparar cuando hirieron a Carrasco

Afirmó que estaba junto al joven que murió en la represión del 2010 en el Alto de Bariloche, cuando fue alcanzado por una bala. También declararon los médicos que lo atendieron.

“La Policía justo venía reprimiendo por los cuatro lados y nos encerraron sobre la calle Osés. Estábamos tirando piedras y Nino quedó delante mío. Nos agachamos a agarrar piedras y él recibe los disparos”, recordó ayer Lucas Gallardo ante el tribunal. Contó que entraron a Nicolás “Nino” Carrasco a su casa y lo sentaron en un banco. “Vimos que tenía un huequito”, relató el testigo. Después, Carrasco cayó al piso de la vivienda de la familia Gallardo, mientras pedían una ambulancia.

Gallardo declaró que los policías estaban a unos 30 metros de distancia. “Nos disparaban”, aseguró el joven, que la tarde del 17 de junio de 2010 tenía 17 años y vivía a media cuadra de la comisaría 28. “Nos disparaban detrás de los escudos”, sostuvo ante los jueces Marcelo Barrutia, Juan Lagomarsino y Emilio Riat.

El fiscal Martín Lozada le preguntó si pudo ver con qué armas disparaban los policías. “No las pude ver”, respondió el testigo que era amigo de Carrasco. No hay ningún imputado por el homicidio del chico de 16 años, tras una investigación que se extendió durante 8 años.

El pedido de ambulancia desde la casa de Gallardo, ubicada en el barrio 169 Viviendas, se recibió minutos después de las 16, en el hospital Ramón Carrillo, recordó ayer el médico Víctor Parodi, que entró a esa hora a cubrir la guardia, junto a sus colegas Giselle Couradet y Natalia Kerz.

Parodi rememoró que se trataba de una emergencia “código rojo” porque había un herido por arma de fuego aparentemente. Por eso, resolvió ir a la emergencia, junto con Kerz.

El médico relató que Couradet se quedó a cargo de la atención de un paciente, que recién había entrado a la guardia con una herida grave por perdigón de plomo.

Por seguridad regresaron al hospital luego de que le rompieran el parabrisas a la ambulancia. Cuando retornaron se dieron cuenta de que el herido que habían ido a buscar era el paciente que atendía Couradet. El chico había sido trasladado en un vehículo particular hasta la guardia. Kerz dijo que colaboró en esa emergencia.

“Estaba lúcido (por Carrasco). Podía hablar”, rememoró Kerz. Pero estaba en estado de shock. ¡Me muero, me muero! Decía. Lo traté de tranquilizar, Le dije que iba a subir a quirófano”, contó la médica. Carmen Curaqueo, madre de Carrasco, lloraba en silencio entre el público, mientras escuchaba el dramático relato.

Parodi dijo que mientras atendían a Carrasco, un grupo de personas entró antes de las 17 a la guardia con otro herido y lo tiraron sobre la camilla. Era Sergio Cárdenas. Pero estaba muerto. Kerz recordó que después Carrasco “entró en paro en el quirófano y murió”.

Gallardo, Parodi y Kerz declararon ayer en una nueva audiencia del juicio contra el exsecretario de Seguridad de la provincia en esa época, Víctor Cufré, el exjefe de la Policía de Río Negro, Jorge Villanova, los exjefes de la Unidad Regional Tercera, Argentino Hermosa y Fidel Veroíza, y el extitular de la comisaría 28, Jorge Carrizo, que están imputados por haber actuado con negligencia el 17 de junio de 2010 cuando ocurrieron los homicidios de Cárdenas y Carrasco.

Mientras que los policías Víctor Darío Pil, Marcos Epuñan y Víctor Hugo Sobarzo están siendo juzgado por el delito de homicidio en riña de Cárdenas.

Darío Velázquez declaró ayer que grabó esa tarde del 17 de junio con un celular. Dijo que los policías disparaban hacia donde estaban los manifestantes. No identificó qué armas usaban los policías,

Relató que un proyectil pasó a su lado y advirtió que el sonido era distinto. Segundos después vio a un “pibe tirado”. Aseguró que al herido no lo conocía y que lo cargaron en un auto y se lo llevaron.

Una guardia especial

El médico Víctor Parodi estuvo a cargo de la guardia del hospital Ramón Carrillo la tarde del 17 de junio de 2010. Las médicas Giselle Couradet y Natalia Kerz lo acompañaron.

Parodi recordó ayer que esa jornada se atendieron “un montón de personas con distintas heridas”. En la etapa de instrucción dijo que fueron 18 pacientes. Ayer, no recordó la cantidad con precisión.

Dijo que como jefe de guardia sugirió a las autoridades policiales que trasladen a un sanatorio a los policías lesionados porque hubo un fuerte encontronazo con familiares de una de las víctimas en el hospital.

Parodi señaló que hubo pacientes que entraron con heridas de postas de goma y de plomo, que detectaron con radiografías.

“Sabiendo lo de la noche anterior (por el homicidio de Diego Bonefoi). Nos imaginamos que iba a ser una guardia especial porque estábamos ante una sociedad que había sufrido una muerte y nos imaginamos una movilización”, rememoró la médica Natalia Kerz. Dijo que atendieron 26 personas con proyectiles.

“Llegó la policía a mi casa. Abrí la puerta y un policía (…) me la dio en la cara. Por suerte puse la mano”, dijo Lucas Gallardo, que quedó detenido para cumplir una condena de 4 meses por un intento de robo.

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“Llegó la policía a mi casa. Abrí la puerta y un policía (…) me la dio en la cara. Por suerte puse la mano”, dijo Lucas Gallardo, que quedó detenido para cumplir una condena de 4 meses por un intento de robo.

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