Una obra que une Chéjov con las cenizas del Puyehue

La caída de ceniza del volcán cordón Caulle Puyehue allá por 2011 será el contexto que contenga la adaptación de una obra clásica de Anton Chejov, “Tío Vania”.

“Cuando la vida quema, cenizas quedan”, la obra existencial con algunos toques de humor y ambientada en la estepa rionegrina, de Alex Benn, se estrena este domingo a las 20 en la Biblioteca Sarmiento en el Centro Cívico.

“Todo comenzó tres años atrás cuando releí ‘Tío Vania’ y decidí apropiarme de esa historia. La obra habla de gente de mediana edad en crisis, por amores no correspondidos, decisiones no tomadas a tiempo y el no llegar a fin de mes por estos momentos económicos cíclicos que caracterizan a nuestro país”, señaló Benn, guionista, director y actor de la obra.

Este hombre de 55 años nació en Buenos Aires pero a raíz de la dictadura militar, su familia decidió exiliarse en Río de Janeiro donde decidió estudiar Comunicación Social y se formó como actor. Poco después, se trasladó a Los Ángeles, en Estados Unidos, para especializarse en actuación. Allá por 1989, regresó a la Argentina y asegura que ese año, marcó su inicio profesional con la obra “Gente como uno”, en el Teatro del Globo en la ciudad de Buenos Aires.

La mayor complicación para materializar el proyecto fue alternar los horarios de los actores y encontrar “esos pequeños huecos” para lograr ensayar a partir de marzo. “Nadie puede vivir estrictamente del teatro en Bariloche. O lo hacés y lo encarás o no hacés nada. Yo elijo el hacer. Este es un proyecto independiente que no cuenta con subsidios. Los logros tienen que ver con el esfuerzo de los cinco integrantes de la obra”, indicó Benn y agregó: “Esta es mi novena obra en los 8 años que llevo en Bariloche. También tengo una película. Soy prolífico a pesar de las dificultades”.

Con 20 años como actor, Mariano Beitía protagoniza la obra. “Fue todo un desafío por tratarse de un clásico adaptado a una circunstancia local. En el caso de mi personaje, me sedujo su riqueza: trabaja desde una angustia visceral y la esperanza de poder en los últimos momentos de su vida tener una nueva oportunidad”, expresó.

El final de esta obra existencialista es “esperanzador”, advierten. “Es una obra de replanteos que te deja pensando. Debajo de las cenizas, quedan brasas que pueden reavivar el fuego. Por eso, tomé el episodio de las cenizas del volcán porque poéticamente, metafóricamente es interesante. Es bueno contar la historia de una temática universal pero que sale desde acá. Y de eso se trata el arte: de hacer público algo muy privado”, puntualizó Benn.

Tras el estreno en la Biblioteca Sarmiento, la función se trasladará al Festival de Primavera Teatral, en la Estación Araucanía, el 29 de septiembre y al teatro del grupo El Brote allá a fines de octubre. Pero el objetivo es aun más ambicioso ya que se espera montar la obra en Buenos Aires.

“El estreno es el momento importante que uno ansía después de tantos meses de trabajo con hielo, nieve, enfermedades”, expresó Beitía. En tanto, Benn consideró: “Es algo angustiante cada estreno porque uno llega con lo justo. Pero se calcular bien los tiempos que lleva poner una obra en escena. Ahora es el momento de compartirlo con la gente. Uno trabajó, le puso horas y cuánto, de modo que no se puede fallar”.

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