«Basta de pizza con champagne, ya fue»

El guitarrista y compositor Luis Cide lanzó un ciclo de jazz en Neuquén que va los domingos. Hay todo tipo de ideas en su cabeza. Hasta hacer de la Patagonia Norte 'una república cultural'.

NEUQUEN (AN).- Fernando Carmona rasga las cuerdas con una ductilidad que asombra a los presentes. Desde su juventud es versátil, cambiante y efusivo. César Lefiñanco deja sus huellas dactilares sobre los teclados de un piano que inunda con lindas melodías la intimidad del lugar. Sobrevuela la música de Cuchi Leguizamón y Lucho González. Y la dulce voz de la sugerente Emilse Tordrup termina de cerrar el «combo». Ellos ni siquiera se percatan que a metros se está gestando una entrevista. No tienen por qué saberlo.

El reconocido guitarrista roquense Luis Cide se acomoda frente al cronista y de entrada lanza frases dulzonas acerca del talento de los jóvenes que están sobre el escenario haciendo folclore de fusión con cierta ascendencia hacia el jazz. Ellos también son de Roca. Coterráneos.

Cide es de esos tipos que viven «de» y «para» la música. Tan radical es en este tema como en el paladar que supo construir con el correr de los años. Hoy es el alma máter de un ciclo de jazz que se lanzó a fines de marzo y que irá hasta fin de año, todos los domingos desde las 21, en la confitería neuquina Donato, instalada en Alberdi y Santa Fe. ¿Entrada? Libre y gratuita.

– Cómo se le ocurrió lanzar este ciclo de jazz?

– Sucede que me di cuenta que es muy importante que ciudades como Neuquén se transformen en espacios culturales. Creo que es lógico que haya gente que quiera escuchar y leer cosas genuinas, como el jazz. Muchos están cansados del consumismo, la banalidad y la desinformación.

– ¿Está convencido de que sigue habiendo espacios para este tipo de manifestación musical?

– Claro que sí. Hay generaciones que no tienen donde ir. No puede ser que sólo se escuche lo que vende, y de calidad, cero. Ya basta de pizza con champagne. Eso ya fue.

Sin que lo diga, llego a la conclusión de que mucho no le gusta el pop, el rock de garage y los movimientos musicales de «vanguardia», si así se pueden definir. Pero sí disfruta de ciertas fusiones, sobre todo si estos híbridos tienen que ver con el jazz. Los tres jóvenes hacen un break y Cides se suelta, adopta una postura más natural. El mozo trae agua tónica y un café, y la charla continúa, hablando de pasado, presente y futuro.

El guitarrista y compositor es un apasionado por el jazz y el tango (sus grupos se llaman Luis Cide Jazz Fusión y El Faso) un escudero de los regionalismos, de la región. «En esta zona hay músicos con mucho nivel. No hay que ir afuera para ver buenos espectáculos. Sólo hay que empezar a mostrar lo de acá», aclara.

– ¿Hacia donde va encarado su proyecto, o su visión?

– Hay que generar un centro cultural en la región. Una pequeña república cultural en la Patagonia Norte, potenciando el nivel musical, literario, artístico. Dejar de depender de Buenos Aires y comenzar a pensar en nosotros.

Bien radical. Una especie de movimiento separatista que se defienda desde lo cultural. Un ejército que se arme con el intelecto y el talento. Nada mal.

Por qué. «Porque en cualquier lugar del mundo la gente paga para ver espectáculos como éstos, y acá en Neuquén se los damos gratis. Entonces, la materia prima está». Vaya que sí.

 

Soñando con una movida mayor

Tiempo al tiempo. Primero desea consolidar el actual ciclo de jazz dominguero y luego… Luis Cide habla pausado y con calma, no es verborrágico y parece tener una filosofía de vida alineada con lo pragmático.

De todas formas, de sueños también vive el hombre. «La idea es que el año que viene, en las principales ciudades del Valle, montemos festivales de jazz».

Es decir, a partir de 2005 perpetuar en el tiempo un «Neuquén Jazz», un «Cipolletti Jazz» y un «Roca Jazz». ¿El fin de la movida? «Elevar el nivel cultural de la zona, y proveer de nuevos espacios para generaciones musicales que hoy no tienen lugar», explica el experimentado guitarrista. Hombre que hizo temblar la guitarra en países como España, Suiza y Alemania durante 13 años, y que cultivó su intelecto auditivo con las música de Jimi Hendrix, Pink Floyd, Spinetta, Vox Dei, Pappo, Charly y tantos otros de variada estirpe.

«El jazz nunca morirá. Menos ahora que surgen fusiones tan bellas con diferentes manifestaciones. Quién puede decir que no es un gusto escuchar a tipos como Chick Corea, Joe Zawinul, Miles Davis, grandes innovadores en la materia», alega Cide, antes de confirmar que hoy lo acompañarán en el mini escenario de Donato Andrés Fuhr (contrabajo), Mario Silveri (saxos) y Ernesto Pugni (batería y percusión), y que el próximo domingo arribará desde Mendoza el grupo Años Luz.


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