¡Bello… bellísimo, pero con adiós!

Una noche excepcional que tuvo la rareza de permitir ensamblar a Madama Butterfly con Sandra Mihanovich, quien ya se fue. Ultima función de óperas famosas con el coro de la UNC.

NEUQUEN (AN).- Es necesario disfrutarlo. Posee la calidad de la más depurada orfebrería coral.

Bello…bellísimo el concierto del coro universitario del Comahue, el viernes en su casa de la calle Independencia al 1938 . Hoy -a las 21.30- brinda por última vez las arias y coros de La flauta mágica de Wolfrang A. Mozart, Madama Butterfly de Giacomo Puccini, Nabucco de   Giuseppe Verdi, Carmen de Georges Bizet y La Traviata de Giuseppe Verdi.

La idea fue aprovechar que la noche permitía el ensamble de varias mujeres famosas… En el otro extremo de la ciudad cantaba Sandra Mihanovich, en la globa de eventos del casino Magic. Pero ese es tema de otro comentario (ver recuadro).

«Opera» sus arias y coros.

A la medianoche, la excelente soprano porteña Mónica Capra se había llamado a silencio, justo cuando la agradable iluminación de Gonzalo Córdova adormeció el piano en las buenas manos de Agustín Bonet y Marcela Cánepa desde algún lugar (voz en off) terminó de narrar los preciosos tramos-poemas de vida, amores y espinas.

La belleza fue la invitada de honor en esta mesa coral que recibió las mejores muestras de Gabriela Coniglio en su doble misión cantante y asistente y permitió el gustazo de reencontrar a Daniel Costanza en un pasaje dueto con la Capra. ¡Los tiempos en que el prestigioso director coral cantaba en los ma

yores teatros del país y el mundo! ¡Su voz!

La escenografía de trasparencias y claroscuros emergió de lienzos y extensos tramos de papel blanco de bobina, algún toque de rojo en el altísimo techo y una inacabable lámpara china allá arriba. Dicen que los argentinos somos afamados por la «viveza» que potenciada en el mejor sentido, da como resultado pura creación y funcionalidad. Aquí con cuatro elementos bien dispuestos, el ambiente se modificaba y multiplicaba.

Los coreutas eran sombras de un teatro de sombras o aparecían en escenas vestidos a usanza de las óperas, claro que aggiornados como al coro le agrada que ocurra. Y lo que logra esta agrupación universitaria es un producto de calidad sin fisuras, más allá de detalles que puedan escaparse -o no-, más aquí de todo lo que significa esta empresa casi colosal.

«Opera» del Coro Universitario del Comahue está a la altura o supera cualquier propuesta artística encarada en las principales escenarios argentinos y sin ruborizarse puede pasar las pruebas puertas afuera.

Esto deben comprenderlo las autoridades universitarias, los funcionarios de la Cultura de esta provincia -los funcionarios en general- cuando de presupuesto se trata, porque la gente ya le ha dado sobradas muestras de su agradecimiento, cuando hace años, expulsado de los claustros universitarios lo mantuvo a través de una cuota societaria: Saliero adelante, perduraron y aquí están los mejores, los más bonitos frutos para seguir saciándose.

Los solistas del coro se lucieron. Bien por ellos: una ajustada Carmen de Biset y lindísima en «Habanera, L'amour est un oiseau rebelle» de Stella Maris Musumeci (contralto) y los aportes plausibles de Eduardo Aisen (bajo), Carlos Arregui (tenor), Darío Cabañez (tenor), Daniel Buyanovsky (tenor) y Daniel Costanza (barítono).

Y de todo el grupo también, cuyos integrantes ya son duchos en la exigencia de convertirse en protagonistas, apelando a la expresión corporal-actoral, los desplazamientos: una interpretación con todas las de la ley. No hay partituras a la vista. En idioma original las operas «dicen» y ha que saber decir cantando en otra lengua.

Todas las obras fueron realizadas con la hechura de las exigencias, dentro de la selección de arias y coros. Se superaro¬n con dignidad, porque además tuvieron que atravesar las ineludibles comparaciones de los más grandes intérpretes mundiales que sonaban desde todos los tiempos en los oídos del público. ¡Caramba nada menos que La flauta mágica y Butterfly y Carmen y Nabucco! Ni que decir cuando después del «Brindisi. Libbiamo, ne' lieti calici» de La Traviata llegaron los bises y Mónica Capra respondió con lo que ya todos conocen: su talento.

Recomendación. Ir…Hoy es la despedida.

 

Beatriz Sciutto

Nota asociada: Sandra Mihanovich con amor  


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