Bergoglio le bajó línea a los obispos
El papa Francisco le pidió ayer a los obispos de la iglesia argentina que salgan hacia las “periferias existenciales”, no se encierren en la “autorreferencialidad” y no se dejen llevar por “los oropeles de la mundanidad, del dinero y del clericalismo de mercado”. Así se los expresó en una carta enviada desde el Vaticano a la asamblea plenaria de obispos, reunida en la casa de retiros “La Montonera” de Pilar, desde el lunes y hasta el próximo sábado, encabezados por el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quienes irán el viernes a la Basílica de Luján a celebrar una misa de acción de gracias por el papa argentino. “Queridos hermanos: van estas líneas de saludo y también para excusarme por no poder asistir debido a ‘compromisos asumidos hace poco’ (¿Suena bien?)”, comenzó en tono de humor la misiva a sus antiguos pares. En el texto, Francisco les pidió a los obispos argentinos que sus trabajos en la asamblea plenaria “tengan como marco referencial al Documento de Aparecida y Navega mar adentro”. “Debemos salir de nosotros mismos hacia todas las periferias existenciales y crecer en parresía. Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente”, graficó. En ese marco, dijo que prefiere “mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma” y agregó que “la enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencia”.
El papa Francisco le pidió ayer a los obispos de la iglesia argentina que salgan hacia las “periferias existenciales”, no se encierren en la “autorreferencialidad” y no se dejen llevar por “los oropeles de la mundanidad, del dinero y del clericalismo de mercado”. Así se los expresó en una carta enviada desde el Vaticano a la asamblea plenaria de obispos, reunida en la casa de retiros “La Montonera” de Pilar, desde el lunes y hasta el próximo sábado, encabezados por el titular del Episcopado, monseñor José María Arancedo, quienes irán el viernes a la Basílica de Luján a celebrar una misa de acción de gracias por el papa argentino. “Queridos hermanos: van estas líneas de saludo y también para excusarme por no poder asistir debido a ‘compromisos asumidos hace poco’ (¿Suena bien?)”, comenzó en tono de humor la misiva a sus antiguos pares. En el texto, Francisco les pidió a los obispos argentinos que sus trabajos en la asamblea plenaria “tengan como marco referencial al Documento de Aparecida y Navega mar adentro”. “Debemos salir de nosotros mismos hacia todas las periferias existenciales y crecer en parresía. Una Iglesia que no sale, a la corta o a la larga, se enferma en la atmósfera viciada de su encierro. Es verdad también que a una Iglesia que sale le puede pasar lo que a cualquier persona que sale a la calle: tener un accidente”, graficó. En ese marco, dijo que prefiere “mil veces una Iglesia accidentada que una Iglesia enferma” y agregó que “la enfermedad típica de la Iglesia encerrada es la autorreferencia”.
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