Biografía

1944: “Era domingo y el parto había sido normal, salvo por un detalle: el bebé resultó negro y canalla”. El 26 de noviembre nace en Rosario Roberto Fontanarrosa –“el Negro”–, humorista gráfico, escritor e hincha de Rosario Central. Ese mismo mes aparece la revista “Rico Tipo”, cuna de las osadas “Chicas de Divito” y exponente de una década en que la historieta y el humor gráfico argentino crecen y se consolidan. “En mi niñez fue todo normal, todo común, sin catástrofes, sin privaciones terribles y sin acontecimientos sobresalientes. Mi niñez no da ciertamente para escribir una novela angustiante. Ni da tampoco para una historieta”.

1954: El pequeño Fontanarrosa se encuentra con su verdadero amor: la pelota. Va a la cancha por primera vez a ver un partido entre Rosario Central y Tigre. “Si hubiera que ponerle la música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol”.

1957: Fin de la escuela primaria: “Andá al industrial porque en la industria está el futuro del país. Lo que se estudia ahí tiene una aplicación”, le recomienda el padre. “Que haga lo que le guste, pero por si acaso que estudie inglés”, acota la madre al verlo copiar insistentemente los dibujos de “Rayo Rojo”, “Puño Fuerte”, “El Tony” y “Misterix”.

1961: Negado para las matemáticas, la física y la química, Fontanarrosa deja el secundario después de repetir tercer año. “No siento ninguna frustración por haber abandonado: al fin de cuentas soy un precursor de la deserción escolar. De esos días, el único recuerdo agradable que se conserva es el de los días miércoles al mediodía que salía del colegio para comprar en el kiosco ‘Hora Cero’, la revista, fundada por Héctor Germán Oesterheld”.

1962: Se viste, por primera vez, de traje para viajar a Buenos Aires. En busca de trabajo llega a editorial Columba, donde le prometen un guión. Pero la propuesta nunca se concreta y Fontanarrosa se vuelve a Rosario.

1963: Empieza a trabajar en la agencia de publicidad de Roberto Reyna y le va bien, aun a su pesar. “Trabajaba sin la menor convicción. Es que siempre me pareció imposible que una persona pueda comprar un vaso porque alguien se lo inculca en un aviso”. 1968: El año del Mayo francés, del asesinato de Martin Luther King y de la dictadura de Juan Carlos Onganía. Fontanarrosa publica su primer chiste: un policía que muestra su bastón manchado de rojo sangre y dice: “No hay ninguna duda, eran comunistas”. El trabajo aparece en la revista rosarina “Boom”. La publicación había convocado al dibujante para ilustrar las tapas serias en color. A falta de alguien que hiciera la página de humor, la dejan también en sus manos.

1971: Año memorable para Rosario Central, que por primera vez sale campeón. Gol inolvidable el que hace Aldo Poy de palomita, gracias al cual los leprosos de Newell’s quedan eliminados en la semifinal. En homenaje a esa histórica jornada, Fontanarrosa escribió el cuento “19 de septiembre de 1971”, incluido en “Nada del otro mundo”, la compilación que Ediciones de la Flor publicó en el ’88. En pleno auge de la era James Bond, Fontanarrosa crea una parodia del agente secreto –75 páginas dibujadas en tinta china–, de la que sólo se publican capítulos en la revista rosarina “Tinta”. “Boogie, el aceitoso” es el descendiente directo de este personaje que reeditará la Universidad de Rosario.

1972: Surge en Córdoba la revista humorística “Hortensia”, que llega a tirar más de 100.000 ejemplares por números. “Hortensia” fue la madre de sus dos hijos: “Boogie el aceitoso” e “Inodoro Pereyra, el renegau”. A fines del ’72 aparece también “Satiricón”, donde el humorista publica unas historietas basadas en cuentos de Borges, en películas o en best-sellers famosos. “¿Quién es Fontanarrosa?”, preguntaba en su tapa el primer volumen de humor gráfico de este artista de 28 años publicado por Ediciones de la Flor. A partir de entonces, y con ese sello, aparecieron tomos humorísticos suyos sobre casi todos los temas: el fútbol, el sexo, el fútbol, la política, el sexo, la cultura, el fútbol…

1973: La nueva contratapa del diario “Clarín” es un signo del fortalecimiento del género de la historieta y el humor gráfico argentinos. Convocada por Caloi, se instala en el matutino toda una banda de humoristas autóctonos: Viuti, Tabaré, Altuna, Dobal, Ian, Rivero, Crist y –por supuesto– Fontanarrosa, que continúa allí. Desde entonces, muchos lectores empiezan a hojear el diario por la parte de atrás.

1974: Nace la revista “Mengano”, a la que emigran varios de los integrantes de “Satiricón”. Medio a la fuerza, se muda “el renegau” a “Mengano”. Ese mismo año, Inodoro hace rancho aparte: Ediciones de la Flor publica la primera compilación de sus aventuras, puntapié de una serie que ya ha superado la veintena de volúmenes. A Boogie le bastó una bazuca y una granada de trotyl para conseguir –en buenos términos– que la editorial lanzará también el título inicial de su colección.

1979: Boogie toma por asalto las páginas del quincenario “Humor Registrado”. No se producen víctimas ni daños materiales. En su larga y violenta vida, la historieta se publica también en el semanario “La  Maga” y en publicaciones mexicanas y colombianas.

1980: Fontanarrosa. Comienza a colaborar en la elaboración de los espectáculos de Les Luthiers. “Los conocí personalmente cuando presentaron ‘Mastropiero que nunca’ en Rosario y se quedaron en la ciudad una semana”.

1981: Editorial Pomaire publica “Best Seller”, novela inicial de Fontanarrosa. El mismo sello lanza, al año siguiente, “El área 18”, su secuela.

1982: “El mundo ha vivido equivocado”, sostiene Fontanarrosa en el título del primer libro de cuentos, publicado por Ediciones de la Flor. A él le siguen “No sé si he sido claro”, “Nada del otro mundo”, “Uno nunca sabe”, “El mayor de mis defectos” y “La mesa de los galanes”.

1984: Aparece en el mercado “Fierro”. A sus páginas se incorpora, algunos años después, la serie “Semblanzas deportivas”, creada por Fontanarrosa, así como “Las aventuras de Sperman, un donante de esperma”.

1994: Año mundial. El humorista es contratado para comentar los partidos jugados por la selección argentina en los Estados Unidos. Hay que decirlo: en realidad, son narrados por la Hermana Rosa, una mentalista que predice los resultados. En 1994, además, recibe el Premio Konex.

1995: Para cuando aparecen los cuentos “La mesa de los galanes”, los galanes ya se habían mudado de mesa. Dejaron El Cairo para instalarse en un nuevo bar: la Sede.

1998: “Inodoro Pereyra, el renegau” cumple 25 años.

2003: Le detectan una grave enfermedad neurológica, una esclerosis lateral amiotrófica que le fue causando una parálisis progresiva.

2004: En el Congreso de la Lengua de Rosario pide la amnistía para las malas palabras.

2006: En una carta publicada en la revista “Viva”, Fontanarrosa anuncia que deja de dibujar. Su mano ya no responde. El Senado de la Nación le entrega la mención de honor Domingo Faustino Sarmiento. Es distinguido también en Cartagena de Indias por sus colegas. Y, cuando llega a Rosario, es recibido como una verdadera leyenda viviente.

2007: El 19 de julio a las 15 horas, en el Sanatorio Centro, muere a causa de un paro cardiorrespiratorio a raíz de la esclerosis que lo afectaba.

Fuente: página web de Fontanarrosa


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