Boca dejó el invicto y Newell's le inyectó emoción al torneo

El partido fue intenso, aunque no bien jugado. El equipo de Veira se ubicó cuarto.

…Y un buen día, el Boca de la segura era Bianchi dejó el invicto. Lo hizo ayer, en Rosario, ante un equipo que no fue mucho más, pero golpeó en el momento justo y luego defendió su mínima ventaja dejando la piel.

El triunfo a Newell's le costó lo que vale: muchísimo, tratándose del líder del torneo, del mejor equipo que hasta ayer convertía en monótona y estéril la puja por el campeonato. A partir de su triunfo, Newell's refundó el Apertura, le dio nuevos bríos, colocando a varios equipos -entre ellos él mismo- cerca de su vencido.

Newell's aprovechó las ventajas que suele ofrecer su campo, en especial cuando el partido se juega de noche y el público jueg un papel importante. Las dimensiones más chicas del campo convierten al encuentro en una contienda plagada de forcejeos, embates y roces, siempre al borde del enredo y lejos de la claridad. En ese chapuceo de piernas que rastrillaron el pasto, el anticipo ofensivo de Walter Silvani -se desmarcó de Perea y cabeceó al primer palo- marcó un antes y un después en el partido. Fue a la media hora, cuando ninguno de los dos se había sacado ventajas. El gol del «Cuqui» resultaría, al cabo, definitivo Boca había salido al buscar el partido, intentando conectar permanentemente a Tévez con Iarley y las subidas de Donnet.

Pero la primera la tuvo Newell's. Tras un centro, el colombiano Vásquez cabeceó de manera impecable, obligando a una muy buena atajada de Abbondanzieri.

Cinco minutos más tarde fue Tévez quien buscó a Iarley, pero su derechazo salió muy cerca del primer palo Hasta que llegó el gol de Silvani, y el partido dio un vuelco. Porque Newell's achicó los espacios y dejó los huesos en cada pelota trabada o dividida. Boca, sin embargo, tuvo la más clara: un cabezazo de Schiavi que Giñazú despejó en la línea. Comenzaba a viborear en el aire rosarino la ineludible sensación de que al líder la suerte le sería esquiva.

En el segundo tiempo, Boca salió a buscar el empate con la furia de un búfalo herido. Se daba cuenta de que su noche se oscurecía. Los circuitos de juego se cortaban. Tuvo, no obstante, un racimo de chances. A los cinco Donnet probó a Palos, pero su disparo le sacó lustre al segundo palo. A los nueve, tras un gran centro de Tévez, Iarley de cabeza también la desvió cerca del poste.

A los 23, Bianchi fue por todo: decidió el ingreso de Cangele por Perea. Pero Newell's se refugió atrás y maniató con garra y actitud el juego de Boca. Iarley era absorbido, a Tévez le caían con fuerza y el resto apenas acompañaba.

El partido se empapó de dosis parecidas de intensidad y brusquedad. El buen fútbol, claro está, ya se había ido de Rosario. Lo que quedaba era un equipo yendo a buscar lo que estaba perdiendo -el invicto- y un rival que se envalentonaba por su público ardiente. Schiavi buscaba ser el héroe jugando de 9, tratando de sacar la sortija en algún centro. Cangele intentó algo desde la izquierda, pero tampoco pudo. Los minutos pasaban y la tensión crecía. Lo tuvo Tévez -bien marcado por Bermúdez-, pero cayó en el forcejeo en el área.

Newell's puso todo y tuvo en el quite y el despliegue de Ariel Rosada -un león en el medio- al paradigma de su actuación. Cuando ya quedaba muy poco, el público volvió a arder, tras atravesar largos minutos de silencio aturdidos por el temor al empate. El Boca de Bianchi perdió apenas una batalla. Por su suerte para todos quedan muchas. La conquista del trono promete ser apasionante. (AR)

ROSARIO (DyN) – Bastante descortés, el entrenador de Boca Carlos Bianchi, dejó plantado al periodismo y mandó a decir que no iba a formular declaraciones tras la derrota. La dirigencia de Newell's, asignándole trato preferencial, le preparó a Bianchi una sala para que pudiera dar una conferencia de prensa y no ese tipo de ruedas de prensa que suelen ser tumultuosas y hasta desagradables. Pero, acaso afectado por la pérdida del invicto y por lo que se viene para Boca, que ya no es para nada sencillo, Bianchi, a través del jefe de prensa, avisó que no iba a hablar con el periodismo.

Cuando abandonaba el vestuario, Bianchi se molestó al ser fotografiado. Pero fue su ayudante, Carlos Veglio, quien reaccionó y golpeó a un fotógrafo del diario «La Nación». Al observar esto, un periodista rosarino reaccionó y defendió a su colega. Veglio volvió a la carga, esta vez ante el cronista. La policía separó y calmó los ánimos.

Rosario (Télam).- «Si Boca ganaba hoy (por ayer) se terminaba todo, pero ahora comienza otro torneo y cualquiera puede salir campeón». Esa fue la sentencia que dejó Héctor Veira al término del encuentro. «Newell's jugó con mucha eficiencia y fue clave la marca de Bermúdez sobre Tévez, porque borró al mejor jugador del fútbol argentino», puntualizó el 'Bambino'.

Sin embargo, el técnico, exultante, se dio un espacio para la autocrítica al asegurar que «el resultado estuvo en duda hasta el final, porque al equipo le faltó precisión en el último toque. De cualquier manera, a los muchachos no hay nada para reprocharles porque dieron todo. Estábamos esperando al puntero y con actitud le ganamos», remarcó.

Por su parte, la figura de la cancha, el ex Boca Ariel Rosada, sostuvo que «Newell's está en condiciones de ser campeón, porque hay equipo como para lograrlo». A su turno, el goleador de la tarde, Walter Silvani, afirmó con orgullo que «siempre es especial convertirle a Boca o a mi antiguo club, porque son equipos grandes. Además, la gente tiene que soñar con el campeonato. Está muy bien que se ilusione».


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