Boca: lo mejor está por venir
juan mocciaro jmocciaro@rionegro.com.ar
Boca jugó ante Vélez (2-1) su mejor partido del año. El mejor desde que Carlos Bianchi decidió volver a ser su entrenador hace ocho meses. Y lo hizo sin Juan Román Riquelme, ausente por una distensión muscular. Una costumbre, cada vez que Román no está, es ver si el equipo lo hizo mejor sin él. Y así fue contra Vélez. Ante Vélez, Boca jugó su mejor partido de la temporada no porque faltó Riquelme, sino porque jugó Fernando Gago. Sin Gago y sin Román, difícilmente Boca hubiera jugado tan bien. Fue la presencia del recuperado volante central lo determinante en el rendimiento de Boca antes que la ausencia de Riquelme. La sobrevalorada influencia del “10” hace que todo pase por él, lo bueno y lo malo, adentro y afuera de la cancha. Sin Riquelme y sin un recambio natural, la de enganche, Carlos Bianchi optó por alterar su esquema táctico y pasar al más estable 4-4-2, donde Gago se repartió el mediocampo con Pablo Ledesma. Gago manejó el juego de Boca desde el comienzo del partido con Vélez, literalmente: a los 55 segundos asistió a Ribair Rodríguez en el primer gol de Boca. Claro que no lo hizo solo. Ledesma trabajó bien en la recuperación en una de las varias modificaciones posicionales a las que se vio obligado el entrenador Xeneize por lesiones y suspensiones. El desafío táctico para Bianchi es cómo reinsertar a Riquelme sin exponer a Gago. O lo que es lo mismo: cómo retornar al 4-3-1-2 sin desproteger al volante central. Más difícil sería imaginar a Riquelme en un 4-4-2. Una opción es correrlo a la banda derecha como en el Seleccionado. Con todo, la recuperación de Gago acaso sea una mejor noticia para Román que para el equipo. Quizás sea Gago el socio futbolístico que el “10” necesita a sus espaldas. Quizás con ambos Boca juegue aún mejor.
río suelto
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