Boca pegó justo, supo aguantar y el domingo jugará la cuarta final del siglo

El mendocino Neri Cardozo clavó el 1-0 definitivo. El "Xeneize", con 10, mostró todo su oficio internacional.

Oficio es lo que le sobra a este Boca que en torneos internacionales tiene más rodaje que nadie. Le costó vencer al modesto Etoile Sportive du Sahel tunecino, pero lo hizo y ahora esperará por el otro finalista en este Mundial de Clubes que se juega en Japón.

El 1-0 definitivo cayó, en la madrugada argentina, desde los pies de Neri Cardozo, en dudas hasta último momento. Boca jugará el domingo su cuarta final del Mundo en este siglo (2000, 2001, 2003) y Sebastián Battaglia y Hugo Ibarra tendrán asistencia perfecta.

Este «Xeneize» que comanda Miguel Ángel Russo no luce, pero en competencias fronteras afuera es tan efectivo como los anteriores. Ayer le costó ganar, pero también es cierto que controló el juego y que aguantó la diferencia a pesar de que a los 19 del segundo tiempo le expulsaron al colombiano Fabián Vargas, hasta ahí un valuarte en la mitad de la cancha.

Lo del 11 argentino fue bastante pobre hasta los 36 del inicio, ya que ni siquiera se acercó hasta el arco africano. Fue en ese momento cuando el siempre vigente Martín Palermo recibió, de espaldas, una pelota de Gabriel Paletta, y de primera la jugó para el pique de Rodrigo Palacio. La «Joya», uno de los mejores ayer, llegó al fondo, enganchó y lo vio a Cardozo. Neri, dentro del área, paró el balón y definió con un zurdazo alto.

Desde ahí, y hasta la roja de Vargas, la impresión fue que a Boca no se le podía escapar el triunfo. Es más, lo mejor del campeón de América se vio en los primeros 20 del complemento, ya que ahogó la salida de Etoile y pareció tener definitivamente el partido en sus manos, con una sensible mejoría en Banega, el crecimiento de Palacio y la sagacidad de Palermo para retroceder y abrir espacios.

Vargas se fue a las duchas y Boca tuvo que ceder la posesión. Así y todo lo pudo definir a los 31, con un cabezazo desviado de Palermo desde inmejorable posición luego de un centro de Ibarra (de buen trabajo). También a los 34, cuando el árbitro Claus Bo Larsen omitió un claro penal de Meriah contra González, y, a los 41, con un derechazo de Palacio apenas alto.

Los tunecinos estuvieron al borde de empatar en el minuto 43, al conectar Gilson Silva, frente al arco, de cabeza, un centro de Sabeur Frej, pero antes nunca habían sabido

cómo llegar. Distó de ser una exhibición de alto vuelo lo de Boca, pero sí tuvo imagen de equipo, ofreció escasos puntos débiles, se hizo dueño de la situación y logró el resultado que necesitaba.

Después del partido, Cardozo, el hombre de la noche japonesa, con la satisfacción fosilizada en el rostro, juró que el gol de ayer fue el «más importante» de su carrera.

Además, negó que a Boca se le haya complicado el partido, a pesar de la expulsión de Fabián Vargas. «Yo jamás vi que nos atacaran», dijo tajante.

A su turno, la «Joya» Palacio, una de las figuras, reconoció que el aura de JR Riquelme es clave para este Boca. Según dijo «fue fundamental la arenga previa» que hizo el «Torero» frente al plantel. «Eso nos dio muchas fuerzas para salir a la cancha», quien se sintió «conforme» con su rendimiento, aunque se quedó «con muchas ganas de marcar un gol».

«Lo importante es que se consiguió el objetivo que vinimos a buscar en este primer partido. A veces, cuando se enfrenta a rivales desconocidos todo se complica. Por eso el juego tuvo ese desarrollo», reconoció Seba Battaglia, uno de los que jugará su cuarta final del mundo a nivel clubes.


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