Boca sacó su libreto de campeón y enmudeció el Monumental

Le ganó por penales a River un partido

Fue el grito sagrado. Con una alta dosis de emoción, de presiones contenidas y de peleas lejanas. Boca le ganó un superclásico por demás emotivo a River, por penales, tras perder 2-1 (2-2 en el resultado global por el triunfo de Boca en la Bombonera) en tiempo reglamentario, en los cuales los goles del final aportaron mucha más tensión de la esperada.

Con un inesperado esquema con tres en el fondo y cinco en el medio, River salió a acorralar a Boca. De movida, se paró en tres cuartos de cancha y así, le ganó las espaldas a los volantes xeneizes.

Maxi López entró como para darle un nuevo dolor de cabeza a Burdisso y Clemente Rodríguez, que fueron desbordados por la 'topadora' riverplatense.

Como era de esperar, los empujones y faltas mutuas en el área aparecieron enseguida. Todas en el área de Boca, que no podía salir del acecho. La más clara fue a los 17 minutos cuando Schiavi le cometió penal a López y Baldassi no cobró.

Después del atropello de los primeros minutos, Boca fue reduciendo a River en el ataque. Hizo rotar la pelota para generar espacios en la defensa local y sacó provecho de esa situación con apariciones de Barros Schelotto o Tevez. Así y todo, no pudo generar un solo mano mano con

Lux y sus únicas llegadas fueron con envíos desde afuera del área, como los de Tevez, Vargas y Clamente Rodríguez.

Para encarar el complemento, Astrada ordenó el ingreso del zapalino Rubens Sambueza por Coudet y fue clave, esencialmente porque «Lucho» González se recostó por la derecha. Por ese sector River encontró la puerta para llegar hasta Abbondanzieri. Cuando no se había jugado un minuto, «Lucho» generó la expulsión de Vargas (lo mejor de Boca en el primer tiempo) por doble amarilla. Y cuatro minutos más tarde dejó atrás a Rodríguez y clavó un zapatazo desde afuera que entró pegado al palo derecho del '1' de Boca: golazo.

El partido volvió a ser el del comienzo, con River acorralando a Boca y Boca aguantando a River. En ese contexto, el que hizo mejor negocio fue el equipo de Bianchi, acostumbrado a lidiar en partidos bravos.

Cuando todo parecía que se encaminaba a los penales apareció Tevez para enmudecer al estadio con su gol tras el centro de Cángele. Otra vez volvió a cambiar todo. Pero sólo por unos minutos. El mellizo encendió la polémica por un proyectil que cayó a su lado y en el tumulto que se armó Sambueza fue expulsado. Como si fuera poco, Rojas se lesionó y a As

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