Boca tiene medio título en el bolsillo

En otro gran planteo táctico venció al Cruz Azul por 1-0.

Fiel a su costumbre. Boca Júniors logró un resultado positivo como visitante en la Copa Libertadores de América. Anoche desafió la altura del estadio «Azteca» y dio un gran paso en la final del certamen al vencer por 1 a 0 al Cruz Azul de México. Este resultado lo deja en una inmejorable posición de cara al desquite de la semana próxima en la «Bombonera».

El hecho de haber llegado apenas unas horas antes del encuentro para evitar el efecto que producen los 2.400 metros sobre el nivel del mar que existen en el «Azteca» y tras hacer un planteo muy inteligente Boca festejó una importantísima victoria.

Cruz Azul fue el que tomó la iniciativa y, conocedor de los efectos de la altura, hizo correr la pelota de punta a punta. Abrió el juego por ambos laterales y así fue complicando cada vez más a la visita, que esperaba sin mucho desgaste físico en el medio.

Los desbordes fueron un problema de difícil solución en el primer tiempo para el equipo de Carlos Bianchi y por ahí llegaron las acciones más claras del dueño de casa. Angeles y Palencia por la derecha, y las subidas del lateral Víctor Gutiérrez por la izquierda generaron más de un dolor de cabeza a los defensores «xeneizes». Esto también se vio ayudado por los desacoples que por momentos tuvo Boca en la zona central de la última línea, por donde merodeaba siempre el experimentado José Cardozo.

Sin embargo, la primera jugada de riesgo se vio en el arco defendido por Oscar Pérez, quien a los 18 minutos de la etapa inicial desvió un remate desde afuera del área grande de Juan Román Riquelme.

A partir de ahí, todo fue del Cruz Azul. «Matute» Morales -de cabeza- tuvo chance, pero Oscar Córdoba se quedó con la pelota parado sobre la línea del arco. Unos minutos más tarde, el mismo mediocampista armó una gran jugada en el sector izquierdo con Pinheiro y llevó nuevamente peligro a la defensa de Boca.

Pero sobre el final, apareció otra vez Riquelme, quien exigió al arquero mexicano mediante un tiro libre.

Si bien en esta primera etapa Cruz Azul fue el que dominó en el juego, el trabajo de Boca fue muy bueno, ya que soportó con firmeza el marcador en blanco.

Ya lo había dicho Carlos Bianchi ante de jugar: «Planificamos una final de 180 minutos», haciendo referencia a los recaudos que iba a tomar en el primer partido. Y así fue. El desgaste en los jugadores recién comenzó a «cobrar víctimas» en la segunda etapa.

En el complemento, Boca se paró mejor en la cancha, apeló a su oficio y comenzó a complicar al local.

El cambio de Delgado por Giménez le dio más aire a Boca, que comenzó a inquietar a la defensa mexicana. Y por intermedio del «Chelo» llegó la única alegría de la noche. Ibarra -de gran actuación- escaló por la derecha y asistió al delantero, quien ante el chique del arquero Pérez le pegó «a tres dedos» y enmudeció a las 120.000 personas en el estadio.

Histórico. Y fundamental. Así fue el triunfo de Boca, que llegó con un equipo sin varias de sus figuras entre los titulares, pero que jamás se dejó llevar por delante por el Cruz Azul.

Serna lo vio en el banco

Mauricio Serna amaneció muy afiebrado y no fue de la partida anoche en el partido entre Boca y el Cruz Azul de México.

El mediocampista, quien había sido confirmado por Carlos Bianchi como titular para el partido de anoche en el estadio «Azteca», no logró restablecerse para el encuentro y el técnico decidió incluirlo en el banco de suplentes.

Según se conoció extraoficialmente, Serna amaneció con fiebre debido a que aún no se recuperó de un estado gripal con el que llegó de Cancún.

• Anuncio: Toyota, la automotriz patrocinante de la Copa Libertadores, dispuso entregar un auto al mejor jugador de la final, elegido por el periodismo, tal como en la Copa Intercontinental.

El colombiano Alberto Pérez y la ecuatoriana Mónica Cabeza de Vaca, representantes de la empresa, hicieron el anuncio.

El campeón de la Libertadores recibirá 800.00 dólares de premio y el perdedor 300.000. (Télam y DyN)

Macri llevó un poco de tranquilidad

BUENOS AIRES (DyN) – Un Mauricio Macri conciliador admitió anoche que hubo errores de ambas partes (dirigentes y jugadores de Boca), negó represalias para con el plantel profesional por el conflicto que llegó a su pico más alto durante las semifinales de la Copa Libertadores e inclusive admitió que tratará de retener al menos por un año más al exquisito armador Juan Román Riquelme.

«Hubo errores de ambas partes», «ya había dicho que estaba dolido», «fue un traspié del que vamos a salir perfectamente», fueron algunas de las frases reconstructivas a las que recurrió Macri, antes de que comience el partido en el estadio «Azteca».

«Hay que tratar de recomponer el camino hacia un convivencia respetuosa. El patrimonio de Boca más importante es su plantel. Este plantel es muy valioso y no vamos a tirarlo porla ventana porque sí», explicó Macri.

Respecto de la situación de Riquelme, repitió que «hay un preacuerdo sujeto a la aprobación de las dos comisiones directivas (la del Barcelona y la de Boca) y sujeto a la aprobación del jugador».

De todos modos, Macri reconoció que planea recurrir a una línea 0-600 para recaudar aportes que le permitan conservar a Riquelme al menos una temporada más en Boca, aunque por supuesto que la iniciativa dependerá de la conformidad del talentoso jugador.


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