Boca tiene poco para festejar

Opinión

Boca tiene motivos enormes para celebrar en la cara de su histórico adversario haber empatado un clásico en tiempo de descuento, de visitante y tras una desventaja de dos goles, pero tras el tiempo de festejos se vislumbra falta de futuro, por la nada que mostró el equipo dentro de la cancha, por los peligros de su barra en las tribunas.

Las palabras de Rolando Schiavi o de Pochi Chávez de haber “empatado a lo Boca” para darle un título épico se desgasta con la mañana del lunes.

Boca fue una cáscara vacía, jugó otro de sus peores partidos en el torneo Inicial, dominado por un River que fue superior sin que le sobre fútbol y sí ingenuidad.

Justamente Schiavi soportó los desplantes de Mora, Chávez no armó el juego que Boca necesitó de él. El gol de Walter Erviti en el somnoliento momento de la defensa de River les devolvió el alma al cuerpo para la declaración grandilocuente.

El gesto adusto de Julio Falcioni apenas si lo deja sin mácula en los clásicos con River, invicto en los dos que tiene oficiales y en el par de amistosos veraniegos. No más que eso. La realidad muestra que Boca lleva cinco partidos sin ganar en el torneo, dos perdidos y tres empates, dos con gusto derrota y el superclásico.

Boca no defiende, no gana el medio campo y no tiene creación de juego. Si el arquero Agustín Orión tuvo su error en el primer gol y Lucas Viatri jugó uno de sus peores partidos, es un combo difícil de comprar.

Boca tiene otro problema a la vista. Daniel Angelici siguió con el sistema de ranking para vender a sus socios entradas para los partidos de visitante que inició Pedro Pompilio y extendió Jorge Amor Ameal.

Es decir que los que estuvieron en la tribuna Centenario alta, donde atacaron a trabajadores de seguridad privada y provocaron heridas a varios de ellos, tirando a uno por las gradas, son socios de Boca. Están puertas adentro.

DyN, por Jorge Neri