Boff defiende la Teología de la Liberación

El teólogo de la liberación Leonardo Boff, sancionado en 1985 por el entonces cardenal Joseph Ratzinger, afirmó que no espera un nuevo conflicto con el Papa, porque donde están las comunidades de base, afines a esa corriente, hay menos éxodo de cristianos a otras iglesias.

«A mi modo de ver, el Papa ya considera una cosa resuelta» el tema de la Teología de la Liberación, señaló el ex sacerdote brasileño a la estatal Agencia Brasil. «Es una cuestión cerrada», lo que la Iglesia Católica tenía que decir «ya lo dijo y rápidamente (en 1984 y 1986). Lo que puede haber es aquí o allá alguna advertencia», agregó el teólogo, uno de los más destacados de esa corriente en el continente, y ex amigo personal de Ratzinger, quien prologó su tesis con la que obtuvo ese título.

Según el ex sacerdote, «hay un hecho que se tiene que reconocer, que esa (la de Liberación) es una teología eclesial que ayuda a los fieles y torna a la Iglesia más encarnada. Y eso se puede constatar estadísticamente». «Donde existen comunidades de base (en Brasil hay 80.000), pastoral social, Teología de la Liberación, se van mucho menos católicos hacia otras religiones», afirmó Boff. El ex sacerdote fue condenado a «silencio» en 1985, lo que le impedía escribir, dar clases y todo otro tipo de expresión, sanción que le fue levantada posteriormente «gracias al ex arzobispo de San Pablo, Paulo Evaristo Arns». Cuando Arns se encontró con el Papa, le dijo: «Su Santidad, el obispo hizo con un alumno mío fui alumno de don Paulo lo mismo que los militares hacen en Brasil, cerrar la boca, cortar la lengua». El Papa respondió entonces: «¿Yo, como los militares, torturadores?. Absolutamente! Libere a Boff». Y allí fue que fui liberado, pero continué siendo vigilado», según contó el teólogo. Según Boff, «Brasil es el país donde la Teología de la Liberación más florece».

«La gente tiene que saber que el cardenal Ratzinger, como presidente de la Congregación para la Fe, condenó a más de 100 teólogos, que fueron despedidos de las cátedras, silenciados y condenados», precisó.