Borrados de la crisis
Como Casildo Herrera: se borraron.
Ese fue el único protagonismo que en relación con la crisis frutícola, que hoy amaga amainar, tuvieron los 3 senadores y 5 diputados nacionales de la provincia. Ausencia que los convirtió en paradigma de la deserción en materia de iniciativa y gestiones.
Quizá esta conducta pueda «explicarse» en los tres senadores. Todos mantienen un déficit de imagen por demás elocuente. Los dos radicales – Edgardo Gagliardi y Horacio Massaccesi-, por razones que hacen a las responsabilidades que tienen en la actual crisis fiscal que jaquea a la provincia.
Pero en el peronista Remo Costanzo, las razones se ligan a estar sospechado de ser coimero.
Paradojas tiene la historia: en abril del «99 cumplió un rol decisivo para destrabar otra crisis frutícola. Claro, faltaban tres meses para las elecciones generales.
Lo concreto es que los tres no están en condiciones -sin pasar papelón- de dialogar con los productores o de participar activamente en gestiones ante Nación.
Y están los diputados nacionales de la provincia.
Quizá la ausencia de los radicales Marta Milesi, Jorge Pascual y Roberto De Bariazarra pueda «explicarse» por el lado de que el gobierno provincial se ocupó de los dimes y diretes generados por la crisis.
Pero menos «explicable» es el caso de los peronistas Carlos Soria, Miguel Pichetto y Ovidio Zúñiga. Especialmente de los dos primeros, hombres que a escala de temas nacionales cumplen un papel muy significativo.
Pero no hay duda de que en el fundamento de la conducta de senadores y diputados primó el fuerte desencanto que amplias franjas de la sociedad sienten sobre el mundo de la política.
Desencanto tomado como la existencia de desconfianza y malestar hacia las posibilidades que ofrece ese mundo.
Lamentable, pero real.
Como Casildo Herrera: se borraron.
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