Buen clima y excelente genética de viñedos

Hervé dice que sus bodegas de Mendoza y Río Negro no se caracterizan por el volumen, sino por la diferencia. «Claro, en esto me ayuda la excepcional uva que se produce en Roca y alrededores. El clima de acá es único: días de mucho sol con noches requetefrescas», expresa con entusiasmo. ¿No le interesa expandirse más? «Las bodegas grandes son imprescindibles para que haya vinos baratos y algunos hagamos vinos caros. Sólo aspiro a mantener posición y precios. ¿Para qué más»». Con 200 mil botellas ubicadas en las mesas de 20 países, intenta ampliar su meta en las 500 mil. «Todo es posible si hay nichos. A mí me respaldan los viñedos viejos de acá, que tienen una formidable genética».

«Hoy por hoy, nadie sabe lo que esta zona es capaz de producir en vino», estima un enólogo bordelés conocido de Fabré, Michel Rolland, que comparte su tiempo entre Burdeos y la gestión de sus propiedades argentinas. «El clima es ideal y la calidad fitosanitaria de las uvas es casi perfecta. Casi nunca utilizamos bactericidas o sulfato de azufre». La uva que se obtiene aquí es «prácticamente biológica», sostiene Rolland.


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