Buenos Aires está listo para el festival de cine
Filmes y directores independientes se dan cita en el segundo certamen internacional.
Buenos Aires (Télam).- El Buenos Aires II Festival Internacional de Cine Independiente, que se realizará desde mañana al domingo 16 de este mes en seis salas porteñas, promete erigirse, como lo fue la edición del año 1999, en una fiesta del cine de todo el mundo que persigue búsquedas expresivas desde posturas autónomas de las grandes firmas productoras.
Durante las 11 jornadas de la muestra se proyectarán unos 120 filmes -la mayoría en calidad de primicia- de distintos orígenes, 18 de los que participarán en una sección competitiva, y además habrá, entre las actividades paralelas, programas de cortos, mesas redondas, seminarios y una muestra de escuelas de cine.
Habrá además medio centenar de invitados extranjeros, entre quienes se destacan Tsai Ming-Liang y los cineastas Alex de la Iglesia (el español que dirigió «El día de la bestia») y Darren Aronofsky (el estadounidense que realizó «Pi»), quien dictará un seminario.
Con un costo total de 580 mil pesos, organiza esta edición 2000 del festival la Secretaría de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, con el apoyo del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales y la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación. También colaboraron la Dirección Nacional de Juventud que depende del Ministerio de Desarrollo Social y Medio Ambiente de la Nación, la Dirección General de la Juventud dependiente del gobierno de la ciudad de Buenos Aires, y diversas embajadas e instituciones privadas.
El jefe de gobierno porteño, Enrique Olivera, escribió para el catálogo del festival que éste «es un encuentro con el hecho creativo en su estado más puro; representa una apuesta a la imaginación sin condicionamientos estilísticos o comerciales».
Por su parte, el director general de la muestra, Ricardo Manetti, afirmó en el mismo volumen que el festival «desplegó el tenaz deseo de que «independiente» signifique conciencia y responsabilidad democráticas».
Este año las actividades del festival se concentrarán a lo largo de la avenida Corrientes, en las salas del complejo Abasto Hoyts General Cinema y en los cines Lorca, Lorange, Cosmos y la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín, con entradas a 3,50 pesos que ya están en venta.
El cine argentino estará representado en la competencia oficial por las óperas primas «No quiero volver a casa», de Albertina Carri, y «76 89 03», de Favio Nardini y Christian Bernard, y por «Esperando al Mesías», segundo largometraje de Daniel Burman («Un crisantemo estalla en Cincoesquinas»).
Las películas argentinas deberán competir con «A través da janela» (Brasil), de Tata Amaral; «Come te nessuno mai» (Italia), de Gabriele Muccino; «East is East» (Gran Bretaña), de Damien O»Donnell; «Gekko no sasayaki» (Japón), de Shiota Akihiho; «Julien Donkey-boy» (Estados Unidos), de Harmony Korine, y «Qunian yanhua tebie duo» (Hong Kong), de Fruit Chan.
También están en concurso «La vie ne me fait pas peur», de Noemie Lvovsky, y «Ressources humaines», de Laurent Cantet (ambas francesas); «Návrat idiota» (República Checa), de Sasa Gedeon; «Ratas, ratones, rateros» (Ecuador), de Sebastián Cordero; «Soft Fruit» (Australia), de Christina Andreef; «Un banco en el parque» (España), de Agustí Vila, y «Xizhao» (China), de Zhang Yang. De una sección de filmes argentinos sin estrenar en salas locales formarán parte «Botín de guerra», de David Blaustein; «Los libros y la noche», de Tristán Bauer; «Zapada», de Raúl Perrone, y «Perón, sinfonía del sentimiento», de Leonardo Favio.
La integrarán también «Buenos Aires plateada», de Luis Barone; «Cicatrices», de Patricio Coll; «Cien años de perdón», de José Glusman; «El armario», de Gustavo Corrado, y «Enciclopedia», de Gastón Duprat, Mariano Cohn y Adrián De Rosa.
Habrá retrospectivas dedicadas a los realizadores Edgardo Cozarinsky, Julio Medem y Ventura Pons, Tsai Ming-Liang y al recordado maestro del cine independiente estadounidense John Cassavetes, así como la reposición en copia restaurada de «Sombras del mal», clásico de otro sinónimo de la independencia en cine, el gran Orson Welles.
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