Buscan casa por casa a los sobrevivientes de Katrina

El desastre se intensifica con el paso de las horas. Ayer el presidente Bush, por segunda vez en cuatro días, recorrió la zona afectada y prometió ayuda a los millones de damnificados. A la falta de servicios básicos y comida se suman los efectos psicológicos de la catástrofe, que según los especialistas son incalculables. Estiman daños por 100.000 millones de dólares.

Los servicios de rescate iniciaron ayer una gigantesca operación casa por casa en Nueva Orleans a la búsqueda de sobrevivientes y cadáveres, mientras que el presidente George W. Bush emprendía su segunda visita a la región y decía haber hecho «todo lo posible». Un «número significativo» de personas pereció en Nueva Orleans a causa de las catastróficas inundaciones provocadas por el huracán Katrina, estimó ayer, una semana después de la tragedia, el general Russel Honore, a cargo de la coordinación de la ayuda.

El general estimó que ayer quedaban en la ciudad «mucho menos de 10.000 personas». La ciudad contaba con 485.000 habitantes antes de la catástrofe, y 1.400.000 en toda el área circundante. Los equipos de rescate continuaban sus patrullajes en las zonas afectadas para ayudar a los sobrevivientes y a evacuar o encontrar cadáveres.

«Vimos más muertos que vivos», comentaba un socorrista tras horas de recorrer calles aún inundadas. La ciudad sigue anegada en un 80%. El balance oficial provisorio de muertos es de 218, de los cuales 152 en Mississippi, el Estado más afectado junto a Luisiana.

En Nueva Orleans se contaron por el momento 59 cuerpos. Miles de habitantes de Nueva Orleans (sur) intentaban retornar el lunes a la ciudad creando un enorme embotellamiento sobre la única ruta en la que se podía circular, después de que un alto funcionario local indicara que era posible retornar provisoriamente para inspeccionar las viviendas.

Lentitud y errores

Decidido a revertir las críticas sobre la lentitud y los errores de las autoridades frente a la catástrofe, el presidente George W. Bush regresó ayer a las zonas devastadas por el huracán Katrina. El presidente llegó a Bato Rouge, la capital administrativa del Estado de Luisiana, el lunes de mañana, para realizar su segunda visita en cuatro días y verificar la or

ganización de la operación de socorro.

Un portaaviones de la Marina estadounidense se encontraba el lunes cerca de las costas del Golfo de México para participar en las operaciones de socorro, en las que ya participan más de 50.000 militares y guardias nacionales, anunció el Ejército estadounidense. El «USS Harry S. Truman» se encuentra frente a Biloxi (Mississippi), una de las ciudades más afectadas por el desastre, llevando a 23 el número de naves militares que participan en las operaciones.

El más importante dique de Nueva Orleans que había cedido tras el pasaje de Katrina, fue reparado, dijo en Baton Rouge el portavoz del departamento de Transportes y Desarrollo del estado de Luisiana, Cleo Allen.

En una carta enviada el domingo al presidente, la senadora y esposa del ex presidente Bill Clinton, Hilary Clinton, propuso la formación de una comisión investigadora del tipo de la que examinó los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos. «Hay crecientes evidencias de que nuestra nación no estaba preparada» para enfrentar la emergencia, dice la senadora demócrata en la carta. Cada vez más ciudades estadounidenses se movilizan para recibir a refugiados. En algunos Estados, como Texas, que alberga a 230.000 desplazados, la situación se ha hecho crítica. Los hoteles están desbordados, los precios de la vivienda se dispararon y se comienza a organizar puentes aéreos para distribuir a los damnificados en otros estados. (DPA)

La ayuda llegará demasiado tarde

Una semana después del paso del huracán Katrina la búsqueda de sobrevivientes se ha convertido para los equipos de rescate en una carrera contrarreloj. A pesar de que todos sus hombres trabajan hasta la extenuación, para muchos la ayuda llegará demasiado tarde, señaló ayer un oficial de la Guardia de Costas en declaraciones a la cadena de noticias estadounidense CNN en Nueva Orlenas.

El gobierno estadounidense ordenó que todas las banderas en todos los edificios públicos y embajadas en el extranjero ondeen a media asta en señal de duelo por las víctimas del huracán, cuya cifra seguía siendo ayer incierta.

Por primera vez, un miembro del gobierno federal -el secretario de Salud, Michael Leavitt- admitió que la cifra de muertos podría ser de miles.

«Mis chicos entran en una casa, me llaman y me dicen que hay personas mayores en la cama que respiran con dificultad y amenazan con morirse, y nosotros no podemos hacer nada», dijo el capitán de la Guardia Costera Bruce Jones, según la CNN.

«Recibimos llamadas de socorro que dicen: 'Les necesitamos, en nuestro hospicio hay diez muertos y otros diez enfermos están a punto de morir'. Esta gente probablemente aún vivía ayer o anteayer».

Cerca de un millón de personas de tres estados han perdido su hogar. La estimación de los daños se eleva a cerca de 100.000 millones de dólares (80.000 millones de euros).

Hasta ayer, unas 345.000 personas fueron llevadas a albergues de emergencia, de ellas, unas 50.000 en Louisiana. (AP)


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