Bush buscó marginarlo políticamente
WASHINGTON.- Diez años después del histórico apretón de manos de Yasser Arafat con el Primer ministro israelí Yitzhak Rabin en la Casa Blanca en 1993, cuando gobernaba Bill Clinton, el gobierno del presidente George W. Bush limitó sus relaciones con el líder palestino a su mínima expresión.
Pero ayer Bush exclamó «Dios bendiga su alma», cuando un periodista le mencionó las versiones luego desmentidas, de que Arafat podría haber muerto. «Mi primera reacción es: que Dios bendiga su alma. Mi segunda reacción es que continuaremos trabajando por un Estado palestino libre y en paz con Israel» declaró el mandatario estadounidense , sin mencionar que su administración exigía desde hace años su marginación política.
Paradójicamente, Arafat había sido el miércoles uno de los primeros dirigentes que felicitara por su reelección a Bush, por medio de un consejero cercano. En plena campaña electoral, Bush había señalado que no pensaba revisar su posición en favor del aislamiento de que es objeto Arafat -confinado por Israel en su cuartel general de Ramala en Cisjordania- con quien jamás se reunió. (AFP)
Nota asociada: Arafat agoniza e Israel puso a sus tropas en alerta por temor a ataques
WASHINGTON.- Diez años después del histórico apretón de manos de Yasser Arafat con el Primer ministro israelí Yitzhak Rabin en la Casa Blanca en 1993, cuando gobernaba Bill Clinton, el gobierno del presidente George W. Bush limitó sus relaciones con el líder palestino a su mínima expresión.
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