Bush defiende en Europa su «escudo antimisiles»

El presidente inició en España su primera gira por ese continente.

MADRID.-El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, desestimó ayer al tratado de Misiles Antibalísticos como «una reliquia del pasado», mientras enfrentaba críticas al comienzo de su primera visita oficial a Europa.

El mandatario inició en España su primera visita oficial a Europa defendiendo firmemente su política, incluso en los asuntos más controvertidos, pero mostrando un tono conciliador y abierto al diálogo.

Siguiendo el mismo estilo que le ha traído victorias (como la aprobación de la reducción de impuestos en EEUU) y derrotas (la pérdida de la mayoría en el Senado), Bush respaldó la defensa antimisiles, su política medioambiental y la pena de muerte.

A pesar de ello, se declaró confiado en que reducirá sus diferencias con sus aliados y socios europeos y Rusia durante esta gira, en la que espera lograr «importantes progresos».

Bush abrió su gira en Madrid, donde se reunió con el presidente del gobierno español, José María Aznar, y ante el que dijo que España «es un lugar apropiado» para iniciar el periplo, porque es «uno de los mejores aliados de EEUU y una de las sociedades más dinámicas del mundo».

El dirigente estadounidense se esforzó en tratar de restar importancia a las diferencias con los países de Europa en cuestiones como el escudo antimisiles y el cambio climático, y afirmó que «hay mucho más que nos une de lo que nos separa. Me niego a que ningún asunto separe a Europa de Estados Unidos».

La Casa Blanca valoró de forma muy positiva las palabras de Aznar, quien se mostró favorable a estudiar el proyecto y manifestó su sorpresa porque haya «personas que descalifiquen de raíz esa iniciativa».

No todo son flores

Bush también tuvo su primer sabor de protestas callejeras, que se espera lo persigan durante su gira de cinco días, que lo llevará a Bruselas para una reunión de la OTAN, a Suecia para una cumbre Estados Unidos-Unión Europea, a Polonia y a Eslovenia, donde tendrá su primera reunión con el mandatario ruso, Vladimir Putin.

En Madrid, más de un millar de manifestantes se congregaron fuera de la embajada de Estados Unidos gritando «Bush go home», mientras agitaban pancartas con críticas a sus posiciones, fundamentalmente respecto al medio ambiente.

Un grupo quemó una bandera de Estados Unidos mientras la gente gritaba. Hablando un día después que fue ejecutado el autor del atentado de Oklahoma City, Timothy McVeigh, Bush dijo que la pena de muerte, que es legal en Estados Unidos pero está prohibida en todos los miembros de la Unión Europea, «no es un tema fácil para ninguno de nosotros». «Entiendo que otros no estén de acuerdo con esta postura», reconoció. «Las democracias de Europa reflejan el deseo del pueblo de Europa. Eso no significa que no podamos trabajar en temas comunes e importantes para nuestro pueblo «.

Bush dijo que el tratado de Kyoto de 1997 sobre calentamiento global no era eficiente porque no incluía a los países en vías de desarrollo. El presidente ofuscó a los países europeos cuando rechazó en marzo el tratado, que establece pautas para reducir la emisión de los gases invernadero, considerados responsables del calentamiento global.

Durante la conferencia con Aznar, Bush agregó que el Tratado de Misiles Antibalísticos de 1972 (ABM, en sus siglas en inglés), que fuera la base de la estabilidad nuclear de Estados Unidos y Rusia durante tres décadas, ya no era útil. «El tratado ABM es una reliquia del pasado», dijo e «impide a los países libres defenderse» de las nuevas amenazas.El tratado ABM prohibe un sistema de defensa antimisiles.

«Señor Pena de Muerte», «texano tóxico», el hombre de «las tres B» (por biblia, béisbol y barbacoa), fueron algunos de los epítetos que recibió Bush de la presa Europea. La radio francesa apenas pudo ocultar su regocijo por la más reciente metida de pata del mandatario, cuando al referirse a su primer anfitrión, Aznar, lo llamó «Anzar». (EFE/Reuters)

Algo de español y un «furcio»

Madrid (EFE).- A pesar de sus errores lingüísticos, George W. Bush tiene, gracias a la poderosa influencia hispana en Texas, una idea más acertada de España que sus predecesores, pero en EEUU perduran las ideas preconcebidas y los tópicos fáciles de lo español.

El presidente de Estados Unidos inició hoy su primera gira por Europa, y el hecho de que lo hiciera en España supone un cambio en la tradición de Washington.

Bush ha preferido pisar primero suelo español antes que Berlín, París o Londres.

¿Por qué? Pues porque Bush se puede sentir más a gusto comenzando en Madrid esta complicada gira, en la que tendrá varias cumbres importantes y difíciles, tras las críticas de la Unión Europea, se comentaba entre los periodistas que acompañan desde Washington a Bush en este viaje por Europa.

En España, Bush, criado en Texas y conocedor de lo hispánico, puede sentirse más «seguro» en un ambiente que percibe como «amigo». Quizá sea porque, en una Europa donde los gobiernos de los principales estados están en manos de socialdemócratas, el único país de envergadura con un Ejecutivo de centro-derecha era España, (al menos hasta la llegada al poder de Silvio Berlusconi en Italia).

Bush presume de intentar hablar español, y es el primero en reconocer que le queda mucho para dominarlo. No lo lee mal, pero si trata de hablarlo comete errores garrafales y su vocabulario es escaso. Hay que reconocer que al menos lo intenta sin complejos y se toma con buen humor sus equivocaciones. El apellido del presidente del gobierno español, José María Aznar, lo pronuncia mal no sólo Bush, sino buena parte de los funcionarios que le acompañan, quienes tienden a decir «Anzar». (EFE)

Interés común en América Latina

América Latina ocupó un lugar privilegiado en las conversaciones entre Bush y Aznar, a causa de la convergencia de intereses que tanto España como Estados Unidos tienen en la región. La consolidación democrática y la estabilidad económica fueron definidas como objetivos fundamentales para el subcontinente.

España es el segundo país inversor en América Latina, sólo detrás de Estados Unidos, embarcado en consolidar su influencia con el lanzamiento del Area de Libre Comercio de las Américas. Aznar quiere que Estados Unidos vea en España un interlocutor sensible a sus inquietudes en el concierto europeo, aprovechando además sus lazos históricos con América Latina. Bush invitó a Aznar a visitar su país antes de fin de año.

La intensificación de los contactos entre ambos países será el preludio de la ofensiva que tanto Estados Unidos como Europa desplegarán en los próximos años para sumar a América Latina a un acuerdo de libre comercio.


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