Bush sigue metiendo la pata: insultó a periodista

El comentario privado fue captado por un micrófono en un acto. Sucede en un momento clave, cuando los republicanos pierden terreno.

Naperville, EE.UU. (Télam-DPA).- El candidato republicano a la Casa Blanca, George Bush, insultó por lo bajo a un periodista del «New York Times», pero con tan mala suerte que sus palabras fueron captadas por un micrófono abierto que las emitió al público presente.

«Ahí está Adam Clymer, esa mierda de primera división», le dijo Bush a su compañero de fórmula Dick Cheney. «Sí, es cierto», le respondió el candidato a vice.

Bush acababa de subir a una tribuna erigida en un liceo de las afueras de Chicago para brindar un discurso electoral y le susurró la frase a su compañero, sin advertir que un micrófono estaba captando lo que se suponía era un comentario privado.

Los representantes del candidato republicano se apresuraron a minimizar el hecho. «Fue un susurro para su compañero, no se suponía que lo iba a escuchar el público», declaró a la prensa su directora de comunicaciones, Karen Hughes.

El comentario «fue en referencia a una serie de artículos (escritos por Clymer) que el gobernador consideraba injustos», agregó la vocera.

Bush ya ha tenido algunos traspiés con la prensa, como cuando fue interrogado sobre la capital de varios países asiáticos y no pudo responder, reforzando las críticas en su contra por su escaso interés en la política internacional.

El «furcio» de Bush fue aprovechado de inmediato por dirigentes de la campaña de su rival demócrata, el vicepresidente Al Gore. «Tenemos a todos los periodistas en la más alta consideración y creemos que deben ser parte del proceso democrático día y noche», manifestó Chris Lehane, portavoz de Gore.

El hecho ocurrió en momentos en que la campaña presidencial estadounidense se acelera, con ambos candidatos recorriendo el país durante el feriado por el Día del Trabajo en Estados Unidos. Los candidatos realizaron presentaciones en numerosos estados, sobre todo en los más disputados.

En las encuestas, Gore y su «vice» Joseph Lieberman van por delante de Bush y su segundo Richard Cheney. En algunos lleva n incluso 10 puntos de ventaja en la carrera por las elecciones del próximo 7 de noviembre.

El «Labor Day», es decir, el Día del Trabajo, que se celebró ayer en Estados Unidos, marca tradicionalmente el inicio de la fase final de la campaña electoral. Gore y Lieberman iniciaron en Filadelfia (Pensilvania) una gira de 27 horas por seis estados federales, mientras Bush y Cheney emprendieron en Chicago un viaje de una semana que les llevará también por seis estados.

Entretanto, los candidatos debaten los detalles de los debates televisivos previstos. Gore aceptó la propuesta de una comisión independiente para medirse en octubre tres veces con Bush durante 90 minutos. Bush, sin embargo, propuso que esos encuentros se realicen en el programa de televisión «Meet the Press» y «Larry King Live», y tan sólo una vez tendría lugar el tradicional debate.

Gore buscó aprovechar el «Día del Trabajo»

TAMPA, EE.UU. (Reuters).- El candidato presidencial demócrata, Al Gore, y su compañero de fórmula, Joseph Lieberman, celebraron el Día del Trabajo de Estados Unidos con un homenaje a los trabajadores de medianos ingresos, que esperan los ayuden a vencer en las elecciones del 7 de noviembre.

Durante una programada gira de 27 horas, en un viaje ininterrumpido como parte de su campaña electoral, ambos compartieron con trabajadores de la construcción de Filadelfia, intercambiaron saludos con empleados de la industria automotriz y de hospitales en Flint, Michigan, y desayunaron con bomberos de Tampa, en el estado de la Florida.

«Estamos pasando el Día de Trabajo con gente trabajadora porque ustedes son los motivos de esta campaña», dijo Gore en una demostración poco antes del amanecer ante varios cientos de personas en la estación de bomberos no.9 de Tampa.

«Queremos honrarlos, queremos que se les escuche cuidadosamente y queremos decirles que creemos que eso es lo correcto», afirmó Gore. «Nadie trabajará más duro para las esforzadas familiares de la clase media de Estados Unidos que Al Gore y Joe Lieberman», dijo Lieberman en medio de vítores. «Dénnos la oportunidad de conducir esta nación y lucharemos por ustedes».

En la tarde, Gore asistió a una demostración del Día del Trabajo, mientras Lieberman fue a otra similar en Detroit. Después, Gore partió hacia Louisville, Kentucky, mientras Lieberman lo hacía en Toledo, Ohio.

En cada parada, Gore y Lieberman discutieron planes para reducir impuestos a la clase media, extender los servicios de salud, mejorar el nivel de las escuelas, fortalecer la seguridad social, mantener el poder de la economía y suministrar beneficios en la prescripción de medicinas a los ancianos.

La fórmula demócrata es apoyada por la mayoría de los grupos de trabajadores organizados del país, incluyendo a los 13 millones de miembros de la poderosa central obrera AFL-CIO.


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