Bush y Putin abren la puerta al recorte de sus arsenales

Génova.- Estados Unidos y Rusia dieron un salto en la definición de una nueva relación estratégica y la liquidación de la Guerra Fría, al acordar el lanzamiento de negociaciones conjuntas sobre el sistema antimisiles norteamericano y un ambicioso proceso de desarme nuclear.

Los presidentes George W. Bush y Vladimir Putin dieron ayer inicio a un proceso que puede resultar en la reducción de miles de armas nucleares estratégicas de los arsenales de ambos países y la puesta en marcha del sistema antimisiles de EEUU.

Putin y Bush acordaron dos puntos básicos: comenzar rápidamente las consultas sobre cómo se realizarán las negociaciones, y unir de forma vinculante las discusiones sobre sistemas de armas defensivas (la defensa antimisiles) y ofensivas (reducción de armas nucleares estratégicas).

«Las armas ofensivas y las defensivas serán discutidas como un todo», anunció Putin tras la reunión que ambos presidentes mantuvieron en Génova, tras la cumbre del Grupo de los Ocho.

Los dos capítulos «están unidos estrechamente para poder crear un nuevo marco estratégico a favor de la paz», dijo Bush.

Las consultas comenzarán esta misma semana, con la llegada a Rusia de una delegación estadounidense encabezada por la consejera de Seguridad de la Casa Blanca, Condoleezza Rice, una experta en asuntos estratégicos y en las relaciones entre Washington y Moscú.

Rice viajará acompañada de los secretarios de Comercio, Don Evans, y del Tesoro, Paul O»Neill -quienes estudiarán el aumento de la cooperación económica bilateral. Las conversaciones de Rice en Moscú establecerán el calendario de reuniones y la composición de los grupos de trabajo, que estarán dirigidos por los ministros de Exteriores y Defensa de ambos países.

«Hemos acordado que el logro de cambios importantes en el mundo requiere discusiones concretas en sistemas ofensivos y defensivos», señala una breve declaración conjunta emitida por Bush y Putin.

«Tenemos ya algunos puntos de acuerdo firmes y tangibles. Pronto comenzaremos consultas intensivas sobre los asuntos interrelacionados de sistemas ofensivos y defensivos», añade el documento. El Tratado START-II establece que ambos países tengan un máximo de entre 3.000 y 3.500 cabezas atómicas en las armas estratégicas.

El START-II fue firmado en 1993, y ratificado por el Senado de EEUU en 1996 y la Duma rusa en 2000. Los niveles de reducción de armas deben cumplirse para finales del año 2007.

En los últimos meses se ha avanzado que EEUU podría aceptar bajar esa cifra hasta 1.000-1.500, una cifra que Moscú ha buscado durante años para reducir el elevado coste de mantenimiento que supone para sus fuerzas armadas.

Una parte considerable de los misiles estratégicos rusos son muy anticuados, y están condenados a una renovación muy cara o, simplemente, al desguace.

Por ello Moscú llevaba varios años pidiendo una nueva reducción, dentro de lo que se llamaba de manera informal un START-III, pero EEUU siempre dijo que primero había que aplicar totalmente el START-II antes de emprender nuevas negociaciones.

En realidad, ya en los últimos años del mandato de Bill Clinton, los jefes militares de EEUU se opusieron a una reducción más allá de las 2.000-2.500 ojivas nucleares, pues creen que no pueden garantizar la disuasión nuclear con un número menor.

(EFE y Reuters)


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