Cables «coaxiles», nueva meta de los ladrones
Un robo preciso en una antena dejósin servicio a un sector del Valle.
La impunidad y la audacia de los ladrones de cables no tienen límites. Eligen exactamente la calidad de material que más beneficios les reportará a la hora de reducirlo, saben cómo extraerlo, y actúan en tiempo preciso y con la certeza de que no serán descubiertos. Evidentemente, muestran oficio.
Fuera de la tradicional -y peligrosa- sustracción de cables de energía, de los de descargas a tierra o de líneas telefónicas a granel, esta vez los apropiadores apuntaron a un elemento más sofisticado: los coaxiales de cobre, más conocidos como coaxiles.
Fue en la madrugada del domingo (entre la medianoche y las 2) en la torre de antena de «Claro» (ex CTI), ubicada en la zona de chacras de Guerrico. Cerca de allí está el INTA y la brigada rural de la Policía, inaugurada en octubre de 2006.
La maniobra dejó por varios días sin telefonía celular ni internet a un sector de la región. Se llevaron nada menos que cinco voluminosas extensiones, que extrajeron con mano experta desde una torre que tiene 30 metros de altura, a la que subieron en medio de la noche cerrada. Aflojaron y retiraron grampas (sabían con qué llave hacerlo) y cortaron los cables en el punto exacto con una simple sierra. A lo sumo permanecieron una hora, hasta que arrastraron varios metros el material, que no es muy pesado pero sí rico en cobre. Hay que tener en cuenta que un cable tiene unos 5 centímetros de diámetro y no sólo está revestido en cobre por fuera; también por dentro.
La extracción de los cables afectó a los transformadores de la antena. Anoche intentaban reanudar el servicio. Onofre Zica, técnico de Cetecom Comunicaciones -que hace mantenimiento de «Claro»- considera que en la región no hay antecedentes del robo de este material. «Había cinco coaxiales y seis cables con aluminio. A estos últimos no los tocaron. Aun en la oscuridad, sabían cuáles eran los de cobre».
Evaluó que los ladrones no ingresaron por los accesos a la torre ni rompieron candados. Subieron hasta los 10 metros y cortaron los cinco cables con sierra común.
Sólo lo sustraído en ese lugar equivaldría a 50.000 pesos. Pero hay que tener en cuenta que también la empresa Jet Band denunció horas después la sustracción de cables en J.J. Gómez, que dejó sin servicio a sus abonados.
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