Cada vez menos personas dan sangre en Neuquén

El número de donantes pasó de 5.000 a 3.600 durante los tres últimos años.

NEUQUEN (AN).- El temor a contraer enfermedades y las derivaciones de pacientes desde el interior a la capital están haciendo tambalear a los bancos de sangre de los dos hospitales públicos más importantes de la provincia.

La situación es de cuidado: se dice que para que un centro de estas características funcione bien, el 2,6% de la población de una ciudad debe proveer sangre. Aquí ese índice llega al 1,8%, y mientras hace tres años 5 mil personas ofrecieron su brazo para extracciones, está proyectado que durante 2004 lo hagan tan sólo 3.600.

Actualmente, el stock disponible entre los hospitales Castro Rendón y Horacio Heller es de unas 80 unidades. Esto supone que la cantidad que se logra almacenar de acuerdo con las donaciones que se registran no superan los 40 litros para toda la ciudad. Cada una de las bolsas plásticas contiene unos 450 centímetros cúbicos de sangre.

«Es poquísimo para la población que atendemos», reconoce David Pedemonte, director de servicios intermedios del Castro Rendón. El director del hospital, José Russo, también calificó el problema como «muy serio».

Para tener una referencia: tan sólo un paciente que ingrese baleado al hospital en un caso extremo pero habitual, puede requerir de 10 a 20 unidades (de cinco a 10 litros) durante una intervención.

«Estamos al límite», reconoce por su parte el doctor Horacio Correa Uranga, jefe del sector de hemoterapia del Heller. Buena parte de las donaciones que se reciben en el centro de salud del oeste van a parar al hospital del centro. Las intervenciones de mayor complejidad que se realizan allí así lo requieren.

Hay dos motivos principales que están propiciando la situación. En primer lugar habría un mayor temor a contraer enfermedades como VIH -virus de inmunodeficiencia humana- y hepatitis de parte de los donantes. Esto no habla necesariamente de una mayor conciencia, opinaron las fuentes consultadas, pero es algo que ocurre.

La otra causa que pone en riesgo continuamente la disponibilidad de sangre son las derivaciones que se realizan desde centros de salud de varias ciudades del interior a la capital.

El Hospital Castro Rendón es el más apropiado para la atención de traumatismos en toda la provincia. Y hay pacientes de otras partes del país, incluso de Chile, que se someten a cirugías pero no traen sus donantes. En los dos hospitales cualquier persona que quiera operarse y que viva en la ciudad debe presentar al menos dos.

No obstante, para los médicos el problema es la creación de una verdadera conciencia. «Pocos saben que 9 de cada 10 personas en algún momento de su vida van a necesitar una transfusión», dice la doctora Elena del Carmen Toranio, jefa del servicio de hemoterapia del Regional, citando una estadística de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

Todos los meses concurren a realizar donaciones unas 300 personas a este establecimiento de salud. En tanto que las transfusiones llegan a 600.

La sangre puede separarse en cuatro elementos: glóbulos rojos, plasma, crioprecipitados (factores de coagulación) y plaquetas, y esto explica que las transfusiones dupliquen la cantidad de donaciones.

A la menor cantidad de donantes se suma la exclusión de un 20% de los que están dispuestos a hacerlo. Todos ellos tienen que pasar el primer filtro de una encuesta que incluye sus hábitos sexuales y enfermedades y recién luego de este paso y otros estudios complementarios están en condiciones de donar.

Para buscar un cambio en la conciencia de la población potencialmente donante, el hospital conformó un comité en la materia en el contexto del Plan Sangre Segura, al que la provincia adhiere, y que es promovido por Nación. Este programa promoverá la conformación de equipos interdisciplinarios en varios puntos de la provincia.

Por otra parte se busca poner en claro a quienes están en condición de ser donantes que con la tecnología actual y la utilización de materiales descartables el riesgo que se corre es casi nulo.

Además el objetivo es que cada centro de salud se ocupe de informar en el área sanitaria de la que participe.

Los hospitales de esta ciudad, además de atender a los pacientes derivados, también llegan a proveer de sangre a centros de salud del interior.

No causa efectos adversos

Hay una serie de requisitos que deben seguir quienes estén dispuestos a convertirse en donantes. Se trata de recomendaciones que facilitan la tarea de los encargados de la recepción:

• Los donantes en potencia no tienen que concurrir en ayunas. Pero también deben evitar ingerir alimentos con alto contenido graso.

• Es necesaria la presentación del documento nacional de identidad -DNI- con una foto que acredite la identidad del donante. Este último punto es un requerimiento contemplado en la ley nacional de sangre que lleva el número 22.990.

• La donación de sangre no produce efectos adversos en personas físicamente sanas. Los días posteriores a una extracción pueden realizarse las tareas habituales que cualquier persona acostumbre.

• Los materiales que se utilizan en el proceso son absolutamente descartables. Y en el hospital Castro Rendón se extiende un certificado para el caso de personas que concurran en horario de trabajo.

• La extracción es de 450 mililitros (una mujer durante un parto pierde unos 750). Y el proceso de recuperación es rápido. Los glóbulos rojos de un donante vuelven a su número normal luego de una semana.

• Antes de la donación cada uno de los voluntarios pasa por una constatación del número que tenga. El plasma, en tanto, se recupera en 72 horas.

• Antes, además, un donante debe pasar por el filtro de un cuestionario de 38 preguntas. Allí debe informar sobre enfermedades que haya padecido. Pero también sobre hábitos sexuales y de pareja, entre otros. (AN) 


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