Calificado como brutal en documentos desclasificados

Actualizado a las 12:21

WASHINGTON (AFP) – Documentos de los servicios secretos estadounidenses, desclasificados el martes, antes del proceso a Saddam Hussein iniciado este miércoles, describen al ex dictador como un hombre artero que recurrió a la fuerza bruta y al engaño para enfrentar los desafíos que se le presentaban constantemente. Los documentos, que cubren el período 1975-2003, cuando Saddam estaba en el poder en Irak, revelan asimismo que los servicos de inteligencia estadounidenses no sabían cómo ejercer influencia sobre él ni hacerlo renunciar, por lo que esperaban que el dictador fuera depuesto por un golpe de Estado gestado internamente.

Los documentos fueron publicados el martes por el Archivo de Seguridad Nacional, un organismo independiente con sede en Washington, en la víspera de la apertura del proceso a Saddam Hussein por la matanza de 143 chiítas en 1982 en la ciudad de Dujaíl, al norte de Bagdad, tras un frustrado atentado contra su vida. Los documentos, cuyo carácter confidencial fue retirado, incluyen la mayor parte de los informes sobre debilidades políticas, militares y económicas iraquíes durante cerca de tres décadas. La documentación muestra asimismo que los servicios secretos estadounidenses habían comprendido muy bien que la destitución del dictador provocaría una inestabilidad que podría conducir a la fragmentación del país.

La destitución de Saddam «podría ser el prólogo de un largo período de inestabilidad en Bagdad. Sus sucesores probablemente no podrían mantener el sistema de estricto control vigente e, independientemente de quién fuera el sucesor, ciertamente desembocaría en una confrontación entre fracciones», según un informe de la CIA de 1985. Según ese documento, tal guerra intestina aumentaría las posibilidades de llegada al poder de un régimen fundamentalista islámico apoyado por Irán. Un análisis de 1993 sobre Saddam Hussein prevé que el dictador podría ser derrocado en tres años, pero en ese caso «los kurdos podrían sentirse tentados a declarar su independencia, mientras que los chiítas del sur intesificarían su rebelión».

Cabe recordar que la reciente batalla política sobre la nueva Constitución iraní se concentra en gran parte en las presiones de los kurdos y chiítas del sur, que exigen mayor autonomía política y económica.

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