Cannabis contra el dolor

La Organización Mundial de la Salud estima que cada año mueren cinco millones de personas, la mitad de ellas con dolor. La medicina descubrió que una vez analizado el síntoma carece de utilidad y debe ser reducido a los niveles tolerables para el paciente. ¿Cuál es la sustancia más adecuada para una situación determinada y quién lo decide? Se trata, como se ve, de un asunto con muchas facetas y visiones. Sin lugar a dudas no hay sustancia más controversial que el cannabis. La OMS recomienda para casos de dolor intenso derivados del opio que es una sustancia mucho más peligrosa que la marihuana, pero con respecto a ella sigue siendo tan prohibicionista como el sentido común

Es evidente que el cannabis moviliza otras cuestiones que van más allá de la planta en sí. Se cultiva desde el neolítico y sus usos han sido tan variados como útiles (desde textiles hasta alimentos para mascotas), pero lo que le ha dado un lugar especial en la cultura es su principio activo (el THC, también conocido como delta 9, tetrahidrocanabinol) que llevó al hombre primitivo a usarla tanto para tener experiencias visionarias como terapéuticas.

Después de tantos años de oscurantismo han comenzado a surgir voces científicas que reconocen las propiedades curativas de la marihuana. Hay un acuerdo generalizado en que es un estimulador del apetito y que opera como un sedante. Los usos médicos de la cannabis son muy amplios: combate el glaucoma al reducir la presión intraocular y frenar el proceso degenerativo; el dolor crónico al mitigar los dolores causados por muchas patologías; disminuye los dolores musculares ocasionados por la esclerosis múltiple y lesiones de médula espinal. Los empleos terapéuticos más probados está relacionados con pacientes de sida y cáncer. Alivia las náuseas, vómitos y pérdida de apetito.

En Cataluña, primera comunidad española en legalizar el uso del cannabis con fines terapéuticos, mujeres afectadas por cáncer de mama fundaron la asociación que reivindica el derecho a consumir marihuana, así sea una opción entre mil. Con una reflexión doméstica argumentan que para acceder a un medicamento es un trámite largo y costoso mientras «la planta es fácil de cultivar, cuesta poco dinero comprar las semillas, plantarlas y cuidarlas. Además quien no quiere fumarla puede consumirla de diferentes formas utilizándola en recetas caseras como pastas, ensaladas o tartas». Tal vez, ésa sea la clave: tomar la cosa con naturalidad y sin dramatismos.

Eduardo Basz


La Organización Mundial de la Salud estima que cada año mueren cinco millones de personas, la mitad de ellas con dolor. La medicina descubrió que una vez analizado el síntoma carece de utilidad y debe ser reducido a los niveles tolerables para el paciente. ¿Cuál es la sustancia más adecuada para una situación determinada y quién lo decide? Se trata, como se ve, de un asunto con muchas facetas y visiones. Sin lugar a dudas no hay sustancia más controversial que el cannabis. La OMS recomienda para casos de dolor intenso derivados del opio que es una sustancia mucho más peligrosa que la marihuana, pero con respecto a ella sigue siendo tan prohibicionista como el sentido común

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