Cantero hace ruido

El presidente del Rojo, en una lucha contra la violencia, las finanzas y el promedio.

Javier Cantero provocó un tsunami en el fútbol argentino. Lejos de las medias tintas, se convirtió en presidente de Independiente, denunció a su antecesor Julio Comparada, expuso a los empresarios que son dueños de pases de jugadores, echó a los barras del club y comenzó con una ‘limpieza’ que tiene un final incierto.

Jura que no tiene miedo y que irá hasta las últimas consecuencias. También aclara que timonear una entidad como la de Avellaneda “es mucho más sencillo que manejar una empresa” y que la batalla contra los violentos no es la tarea que le demanda más tiempo y energías: “Hoy los dos grandes problemas son el futbolístico y el económico”.

El presidente, rara avis en un ambiente acostumbrado a los secretos y las miserias, ofreció ayer una conferencia de prensa en el Salón de Usos Múltiples del Concejo Deliberante de Neuquén capital. Habló de manera descarnada de la situación angustiante por la que pasa el club que ama. Lo hizo junto al mítico Ricardo Chivo Pavoni y a los integrantes de la de la Peña Roja local.

“Nos propusimos que en un año teníamos que tener una deuda previsible. Llevamos seis meses y nos está costando mucho porque no recibimos dinero de la AFA y los sponsores que tenían que pagarnos, ya fueron cobrados con anticipación. No sólo tenemos una deuda muy grande, de 328 millones de pesos, además no contamos con los ingresos genuinos que habitualmente tienen los clubes”, explicó. Según contó, ya se pagaron en la oficinas de calle Viamonte unos 8 millones de pesos, pero la “asignatura pendiente” en el inicio de su gestión es “el pago de la convocatoria, la deuda más antigua”.

La idea de Cantero es “vender un par de jugadores” (ver página 36) y un porcentaje de ese dinero utilizarlo para cerrar la convocatoria. “Sería un buen mensaje hacia afuera, para recuperar credibilidad. Hemos dado pasos hacia adelante y en el mercado ya no creen que Independiente es cualquier cosa. Por ejemplo, ya no tenemos cheques rechazos por falta de fondos, y cuando llegamos habían más de 600”, explicó. También informó que denunció a Comparada. “Una de las promesas de mi campaña para presidente fue realizar una auditoría y, a diferencia de otros clubes, la presentamos a los 90 días de gestión. Vimos que había irregularidades y por eso presentamos una denuncia penal por administración fraudulenta de la gestión anterior”.

Si bien repitió una docena de veces que el club “no tiene dinero”, fue tajante y rompió con un mito. “Manejar un club como Independiente es mucho más fácil que manejar una empresa. Esta es una frase que ha hecho enojar a muchos dirigentes, pero es así. Independiente tiene una convocatoria muy grande, la gente se acerca y colabora. Hicimos 13.000 nuevos socios en dos meses. Me han pasado cosas como que me llame una persona para ofrecerme la donación de 600.000 pesos. Eso habla de la importancia de esta institución”.

¿Qué pasa con los barras? “El tema se nos fue de las manos. Empezamos esta lucha porque teníamos una disputa interna con la barra, tuvo mucha mediatización. Nosotros, que vamos a la platea o al palco, que no pasamos por un cacheo y que no sufrimos ir dos horas antes a la cancha y convivir con esa gente quizá no nos dábamos cuenta. Cuando decía que iba a luchar contra los barras durante mi campaña no me creían, me miraban con sorna. Pero hicimos un plan y lo ejecutamos. No somos valientes, somos personas comunes, fíjese que estoy lejos de tener el físico de Schwarzenegger. Pero ojo, si bien ese fue el tema que nos hizo conocidos, no es nuestro mayor problema. Sí lo son lo económico y lo futbolístico, y en eso trabajamos fuerte. El tema de la barra nos ocupa muy poco tiempo”.

–¿Lo respaldó Grondona?

–Después que los barras me encerraron en la oficina, Grondona, adelante del Comité Ejecutivo, dijo ‘hay un antes y un después de lo que pasó en Independiente. Quiero aplicar yo el derecho de admisión’. El tema es que hay dirigentes que tienen miedo, y es entendible. En Independiente no tenemos ese problema porque asumimos la responsabilidad nosotros. Es una barra complicada la que había, con antecedentes pesados, secuestros extorsivos… No podía negociar con ellos.

–Será una lucha larga.

–Sí. Yo podría haber dicho ‘no se puede’. La policía no hace caso, la justicia los deja libres, nadie me ayuda, entonces no hago nada, les sigo pagando’. Pero no, en mi sede y en mi cancha no entran más. Algunos dicen que es una batalla perdida y puede ser, pero por lo menos la estoy peleando. La batalla perdida es la que no se pelea, los que la perdieron son los que no la quieren pelear.

Cantero teme por el promedio y las finanzas, quiere levantar inhibiciones y embargos, arreglar los predios, armar un “equipo de hombres” (ver página 36) y volver a darle transparencia al “único Rey de Copas”. Suena a tarea titánica. Aunque está claro que no irrumpió en este ambiente viciado para pasar por él sin penas ni glorias. (AN)

Leonardo Petricio

fútbol de afa


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