Cárceles de Río Negro, otra vez superpobladas

Cada uno con sus propios dilemas, los penales de Cipolletti, Roca y Choele están al borde del colapso, situación que se complicó aún más con el motín del fin de semana pasado.

LA REGIÓN

CIPOLLETTI (AC).- Nuevamente las cárceles rionegrinas están al borde del colapso. El penal de Cipolletti se encuentra sobrepasado, el de Roca cerrado por orden del juez de Ejecución y el de Choele Choel no admite más internos porque ya recibió todos los traslados, que fueron consecuencia del motín del fin de semana en el que un grupo del pabellón 3 quemó con aceite a cuatro guardias. Los últimos acontecimientos dejan otra vez en jaque al Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

Los internos detenidos en comisarías no deberían estar más de diez días en un calabozo y, si resultan procesados, por ley tienen que ser alojados en un penal. Esta semana hubo dificultades con los traslados y también con la admisión de detenidos en las cárceles provinciales.

El domingo pasado, el penal de Roca registró un violento intento de fuga donde, además de facas y colchones incendiados, los reclusos utilizaron aceite caliente para atacar a los guardias penitenciarios. La fiscalía de turno está ahora investigando la agresión contra los empleados y también las heridas que sufrieron dos presos. En ese contexto se produjeron traslados al penal de Choele Choel para descomprimir la situación de la penitenciaría de Roca.

En Valle Medio la cárcel está sobrepasada y la cámaras criminales ya fueron notificadas sobre la decisión de “no recibir nuevos presos”. El penal de Roca también está “cerrado” por orden del juez de Ejecución Juan Pablo Chirinos. La separación de condenados y procesados y la reparación de los pabellones 7 y 8 son dos importantes compromisos pendientes, cuyo plazo de cumplimiento vence a fines de octubre, según se estableció en la última audiencia entre Chirinos y el titular del SPP, Hugo Cecchini.

La cárcel de Cipolletti, que es un penal de mediana seguridad para presos de buena conducta y a poco de cumplir su sentencia, también está al borde de su capacidad. Hay alojados en esa penitenciaría alrededor de 150 reclusos. La decisión del SPP es no enviar allí presos considerados “peligrosos” porque las medidas de control son mucho más “laxas”. En estas circunstancias, muchos de los traslados se producen al penal de Viedma, que también está al borde de la superpoblación, afirmaron fuentes judiciales.

Esta semana, desde el hospital de Roca hicieron público el “alto nivel de ocupación de camas por parte de pacientes judicializados”. Los profesionales aseguraron que además de internaciones compulsivas, el nosocomio funciona como “una continuación del penal” porque hay presos que pasan años alojados en una habitación a la espera de alguna resolución judicial.


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