Cardoso se llevó todo

MAR DEL PLATA (Carlos Torrengo, enviado especial).- Habló desde las largas experiencias acumuladas en sus largos 70 años, desde el sitio de fogonero esencial de teorías que, como la de la dependencia, en los '60 fraguaron diagnóstico y solución a los problemas de Latinoamérica.

Y Fernando Enrique Cardoso habló también desde aquel día del '75, en que los servicios de inteligencia de la entonces flamante dictadura brasileña lo secuestraron en pleno Río de Janeiro. Lo encapucharon y, como él recuerda en sus memorias «A Arte de da Política, a Historia que viví», lo interrogaron sobre sus lecturas y militancia.

Y por supuesto, habló como ex presidente de ese gigante de 160 millones llamado Brasil entre el '95 y el 2003, con paso previo por la cartera de Hacienda.

Cuando asumí ese ministerio yo no quería asumir, era el peor lugar de todos: 40% de inflación mensual dijo en la noche del miércoles ante más de 500 empresarios y periodistas.

Yo soy sociólogo… A la economía voy sólo por el costado acotó ayer ante un grupo de medios, y poco le faltó para decir que llegó a esa cartera casi en términos del clásico rioplatense de «toco y me voy». «Pero alguien tenía que estar allí», insinuó en portuñol.

La inflación fue el tema dominante que abordó Cardoso en la disertación, conversaciones privadas con empresarios y breves contactos con la prensa. Una cuestión que en todos los casos encuadró siempre desde el «efecto desintegrador que tiene en la sociedad».

Nuestro continente sentenció ha comprendido el drama que implica la inflación, que siempre, inexorablemente siempre, termina dañando terriblemente a los que menos posibilidades tienen de defenderse: los pobres, que en nuestro continente son millones.

Cuando le preguntaron cómo encaró la lucha contra ese 40% de inflación mensual con que recibió la cartera de Hacienda antes de rumbear hacia la presidencia, su respuesta fue sencilla:

No fue una única medida, pero puedo decirles que fue la medida que generó confianza hacia dentro y fuera del gobierno y que posibilitó otras decisiones: tomé el Presupuesto Nacional y lo recorte en un 50%… corté de todo, menos el gasto social.

Horas después, en cónclave cerrado con empresarios manifestó:

En política, hay instancias, hay momentos en que acotan el número de decisiones que uno tiene a disposición. Es la oportunidad de optar por una única medida que quizá libere otras, pero esto uno no lo tiene muy en claro. Pero no hay otra vía. Eso hicimos nosotros con la inflación: cortar y avanzar desde el Presupuesto. Luego el resto.

Vale un dato: la inflación anual de Brasil se remonta al 3%.

Con estilo propio de político cauteloso, ajeno al discurso rápido, Cardoso evitó hablar de los dimes y diretes que jaquean a Argentina en materia de inflación.

Sin embargo, fue durante la cena con los empresarios ayer a la noche que con suavidad lusitana deslizó:

Hoy casi no hay países en la región que sufran la inflación una frase que a juzgar del comunicado de prensa emitido por IDEA «despertó sonrisas en el auditorio».


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