Carlotto: “No queremos revancha, solamente justicia”

Juicio por el robo de bebes

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto, aseguró hoy que “no queremos revancha, solamente justicia” y reclamó que a los apropiadores de hijos de desaparecidos “les caiga todo el peso de la Historia”.

Al declarar como testigo en el juicio por el plan sistemático de robo de bebés a mujeres embarazadas y secuestradas durante la dictadura militar, la dirigente dijo que esa era “una práctica permanente” y la calificó de “siniestra”.

“Mi compromiso, por el que hoy estoy acá, es para demostrar que hubo un plan sistemático de apropiación, para contar cómo ocurrieron las cosas porque tenemos pruebas de todo lo que afirmamos. Para que la historia se cuente como fue y para que no se repitan estas atrocidades”, dijo Carlotto.

La titular de Abuelas agregó que a los represores que “reivindican los delitos que cometieron y no nos dicen dónde están nuestros nietos, espero que les caiga todo el peso de la ley”.

“La Justicia será la única forma de que esta democracia sea permanente y que nunca más se repitan estos crímenes”, reclamó.

Carlotto reiteró su propósito de que se “escriba la historia con toda la verdad”, en la reanudación de la audiencia del 4 de abril pasado, cuando se suspendió por un repentino corte de energía eléctrica en los tribunales federales del barrio porteño de Retiro.

Aquel día recordó el secuestro de su hija Laura, que estaba embarazada y en junio de 1978 dio a luz en cautiverio a Guido. “Se ve que le dispararon para no dejar rastro del embarazo”, recordó hoy sobre la muerte de su hija.

Agregó que desde la Subcomisaría 9 la llamaron y cuando se presentó con su marido le mostraron el DNI de Laura. “Le dijimos que era nuestra hija y él nos informó que había fallecido. Yo que no me sobresalto, comencé a gritarle: Asesino”, recordó.

Luego fueron a buscar el cuerpo y su marido le dijo que no la viera porque estaba irreconocible.

Carlotto relató que vio por última vez a su hija el 1 de agosto de 1977 y que el 31 de diciembre de ese año recibió una carta anónima en la que le decían que Laura estaba detenida bajo la órbita de las fuerzas de seguridad.

La testigo agregó que una compañera de cautiverio de su hija le contó en abril de 1987 que Laura estaba detenida en el centro clandestino “La Cacha”, en la localidad platense de Olmos, y que tenía un embarazo de seis meses.

A través de una hermana del dictador Reinaldo Bignone logró entrevistarse en 1977 con él para pedirle por su hija y su marido, Guido Carlotto, quien estuvo secuestrado entre el 1 y el 25 de agosto de ese año.

Carlotto relató que a mediados de diciembre de 1977 tuvo una segunda reunión con Bignone en la que le dijo al dictador que si su hija “ya está muerta, devuélvanme el cuerpo”.

La presidenta de Abuelas agregó que en esa charla, Bignone le había dado a entender que había mandado matar subversivos.

El robo del nieto de Carlotto es uno de los 34 casos de apropiación de menores que se están juzgando. Los bebés nacieron en los centros de detención y exterminio ESMA, Campo de Mayo, Pozo de Banfield, La Cacha, Comisaría 5ta. de La Plata, El Vesubio, El Olimpo y Automotores Orletti.

También llegan a juicio las apropiaciones de los diputados Victoria Donda Pérez y Juan Cabandié y de la nieta de María Chorobik de Mariani, fundadora de Abuelas de Plaza de Mayo.

Junto a los dictadores Jorge Videla y Bignone también están acusados el ex jefe de inteligencia de la ESMA Jorge “El Tigre” Acosta, el médico Jorge Luis Magnacco, a cargo de los partos en ese lugar; el ex general Santiago Riveros, el ex prefecto Jorge Antonio Azic y los ex almirantes Rubén Franco y Antonio Vañek, que se negaron a declarar.

Videla se negó a declarar -mediante una videoconferencia porque está internado por una fractura múltiple en un brazo-, ya que consideró que está “condenado de antemano”.

Los represores están acusados de sustracción, retención y ocultamiento de menores y de sustitución de identidades, y podrían ser condenados a la pena de prisión perpetua.

DyN.-