“Carta abierta a los habitantes de la provincia del Neuquén”

Todos queremos ver un hombre honesto, pero cuando lo vemos pensamos “qué boludo”. Salieron publicadas en este diario, hace poco más de dos meses, en la nota titulada “Se conoce al fin la cartera sucia del BPN”, las listas con los incobrables del Iadep (Instituto Autárquico de Desarrollo Productivo), la mayoría de ellos créditos millonarios. En Neuquén, al parecer, se puede pedir un crédito y no pagarlo.

Pero no todos los créditos del Iadep fueron incobrables ni millonarios. No. Y aquí comienza una historia. No voy a contar la de aquellos hoteles que se hicieron con fondos públicos y que nunca fueron devueltos, aunque hoy en día sigan en pie, voy a contar una historia casi a la inversa, la de cómo el Estado con sus tres poderes, Iadep (Poder Ejecutivo) y la Justicia neuquina (Poder Judicial) de la mano de la ley (Poder Legislativo), se las ingenió para exprimir al máximo a mi padre y dejarlo prácticamente en la ruina. La historia tiene dos partes:

Primera parte: mi padre pide un crédito al Iadep para montar un negocio, una pequeña fábrica de mousse de chocolate en San Martín de los Andes. El crédito de u$s 78.000 sirvió para adquirir un terreno con un galpón donde montar la fábrica. Al negocio (como al país) no le fue bien. Mi padre no pudo sostener el ritmo de cuotas y mantener la fábrica. Hasta aquí “problema de mi padre” podríamos decir –de hecho lo digo–, pero resulta ser que la historia tiene más vericuetos. Cuando mi padre solicita extender el tiempo de pago, para achicar la cuota y poder pagarla, el Iadep le inicia acciones legales para intimarlo a pagar y lo embarga. ¿Es justo? ¿Es legal? Y me pregunto por ambos términos, justicia y ley, porque, si bien no soy abogado, por lo que pude leer la historia que estoy contando aparentemente es legal pero justa… lo dudo.

Segunda parte: el Iadep decide rematar la fábrica de mi padre. Dicha subasta se lleva a cabo el 19 de diciembre del 2002, un año después del estallido social generado por la peor crisis económica, política y social de las que se recuerdan. En el remate, según consta en la resolución Nº 278 del Iadep, se recaudaron (posdevaluación)
$ 6.637.32, con el cambio de entonces a 3,4 fueron unos
u$s 1.900. Como fue tan escasa la recaudación mi padre siguió endeudado, embargado y fue intimado a pagar en reiteradas ocasiones.

Finalmente, mi padre, que supo reponerse, terminó arreglando una forma de pago y saldó su deuda con el Iadep en el 2007.

¿Es justo que un bien que mi padre adquirió por 78.000 dólares se lo rematen sin previo aviso, que no le hayan dado la posibilidad de venderlo por estar embargado y que luego le digan que del remate que ellos impulsaron hay un saldo de 6.637.32 pesos a su favor y que, por ende, sigue teniendo una deuda enorme? ¿Es legal? Al parecer lo es.

¿El Estado no debería funcionar y trabajar para cuidar a todos sus ciudadanos para ayudarlos a salir adelante? ¿Cuántas historias similares a la de mi familia habrá por todo el territorio neuquino? ¿Aquellos que se creen dueños del Estado (sepan que no lo son) se darán una idea del daño que causan? ¿Existe alguna posibilidad, remota, de que esto cambie alguna vez?

Cuando leí la nota antes citada, que hace mención a los morosos o “incobrables” del Iadep, me pareció una burla, una ironía del destino. Ahora todos sabemos que el Iadep no se encargó de intentar cobrar a todos sus acreedores con el mismo ahínco. ¿Cuántos créditos fueron devueltos al Iadep? ¿Somos todos iguales frente a la ley? Mi padre pagó su deuda al Estado y hoy no tiene nada a cambio. ¿Es legal? Si, es legal. ¿Es justo? …

Santiago Ferrería

DNI 29.867.370

“¿El Estado no debería funcionar y trabajar para cuidar a todos sus ciudadanos para ayudarlos a salir adelante? ¿Cuántas historias similares habrá por todo el territorio neuquino?”.

Santiago Ferrería

DNI 29.867.370

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“¿El Estado no debería funcionar y trabajar para cuidar a todos sus ciudadanos para ayudarlos a salir adelante? ¿Cuántas historias similares habrá por todo el territorio neuquino?”.

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