El #MeToo argentino

No es novedad que en cualquier campo relacionado con alguna estética para una mujer el elegir entre un “si” un “no”, o algún tácito permiso abren y cierran futuros. Cualquiera que pise esos escenarios que van desde pasarelas, settings, música o libros lo sabe; la ingenuidad es poco creíble. Puede que por eso un algo gastado #MeToo, ahora en versión argentina, me suene hipócrita. O bien casi todas las mujeres (al parecer las argentinas también) son muy tontas o están haciendo abuso de la moda de ser compadecidas como víctimas de un rol pautado, por habitual, en el contrato. Muchas mujeres desconocidas dijeron “no”, nadie hablará de ellas porque nunca obtuvieron fama, favores ni privilegios, ni son noticia vendible; tal vez porque ellas eligieron dejar de lado sueños y respetarse. Lejos de valentías esgrimidas a décadas de algún agravio, esos millones de mujeres de valía cuyos nombres jamás brillarán en marquesinas ni serán recipientes de halagos, deberían ser el #MeToo argentino más deseable.

Karina Zerillo Cazzaro

DNI 21.653.863

La carta destacada


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios