El presupuesto de Alicia en…

La carta destacada

Según este diario y, por ejemplo, Infobae, “En las previsiones del proyecto de ley de Presupuesto para 2019, que fue presentado por el ministro de Hacienda Nicolás Dujovne, se contempla una tasa de inflación de 23% a fin de diciembre, un tipo de cambio promedio del año de $ 40,10 y una caída del PBI de 0,5%”. Es evidente la imposibilidad de presuponer, o sea de proyectar para el futuro, un presupuesto nacional sin tener datos aunque sea aproximados acerca de la variación de los precios y, en el caso de Argentina, del dólar, dos variables indisolublemente atadas. Tan atadas como que las tarifas están dolarizadas. Es difícil creer en semejantes predicciones. La inflación actual es el doble; y el dólar cuesta eso ahora. Para ser creíble, conviene achicar el pescado y apagar el farol. Pero aún cuando con dificultad lo traguemos es una predicción imposible. Si la inflación del año próximo fuera “solamente” del 23% y el dólar mantiene su actual cotización, significaría que el peso se devaluaría un 23% y el dólar, al seguir igual, bajaría su cotización en igual porcentaje. Eso es lo que produce la inflación, el peso vale menos, se compran menos cosas con el mismo dinero, pero se compraría la misma cantidad de dólares que ahora. Adiós a la competitividad exportadora. Adiós a la expectativa de liquidar con ventaja las exportaciones realizadas. ¿Será para presionar para que liquiden ahora lo exportado? Tiene muchos otros aspectos el “presupuesto” que lo hacen económica y socialmente imposible. Pero son ajustes de una política económica destructiva. Esto llega a lo ridículo, lugar del que, dicen, no se vuelve (para consideraciones técnicas, ver “Río Negro” del domingo, “La inflación será…”, aunque me permito disentir con las estimaciones de diciembre, mes inflacionario por definición).

Julián Álvarez

DNI 7.574.027

Julián Álvarez

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