Homenaje a una ceramista

La carta destacada

Hace años había en Cipolletti un galpón en la calle España al 700, donde se dictaban clases de cerámica, escultura, alfarería y otras técnicas artísticas. Los espacios eran enormes y helados en invierno. Traíamos de piletones exteriores la arcilla congelada, que amasábamos hasta calentarla y en verano las piezas se nos secaban al instante. Estoy haciendo referencia al Taller Municipal de Cerámica.

El día del ceramista latinoamericano viene como anillo al dedo para contar que en ese entonces allí comenzó a asistir una nena que hoy siendo adulta se merece un reconocimiento muy especial. Hace cuatro décadas que pisa ese mismo lugar, primero de alumna, luego ayudante, docente, administrativa, directora y después… no hay un después porque para ella es un “siempre”, presta y regala literalmente cientos de horas en ese espacio que creció y que defendió desde el respeto, la honestidad y la constancia. La escuela que hoy es y cuenta con cientos de alumnos, cupos agotados, talleres, carreras y más, es gracias a ella. No se doblegó ante presiones desleales, ni vendió sus ideales del trabajo honesto ante cambios socio-políticos. Sin banderas de ningún tipo defendió e ideó lo que hoy está a la vista. Sus herramientas de resistencia fueron el barro, los colores, los pinceles, mucha instrucción y capacidad propia. Los reconocimientos post, no sirven de nada, son sólo palabras para congraciarse. Ese establecimiento, en breve, debería llevar su nombre, si no es mucho pedir. Sin desmerecer el trabajo realizado por el Sr. Barbeito y el Sr. Casas. Va mi reconocimiento público y en voz alta “chapeau”. Me saco el sombrero ante esta artista, ceramista y docente que es Gabriela Carron Weis. Beatriz Giusti, exalumna DNI 17.025.759


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