Volverse a Dios

Vuélvanse a Dios, argentinos. Nuestro problema es cultural y espiritual. De allí derivan los políticos y económicos. Reconcíliense con el Señor. Porque dice la Escritura: “En el momento oportuno te escuché, en el día de la salvación te ayudé” y hoy es el día. Nuestro concepto de Dios se ha desvanecido, vivimos como si no hubiera Dios. No sabemos diferenciar el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto. Y al final por nuestros actos y palabras seremos juzgados.

Hemos prescindido de todas las referencias morales. Hemos accedido a una falsa libertad individual y tenemos que volver al redil de la responsabilidad y la cordura. Nuestro amor es líquido – solo basado en sentimientos y conveniencias pasajeras – y debería ser fuerte, sano, vivo, sólido y permanente como una roca.

Vivimos atrás de modas e ídolos inconsecuentes y fútiles. Escuchando esto y aquello sin pararnos a separar la paja del trigo como hombres sabios, Vamos como niños atrás de todo viento de doctrina. Hemos resignado el papel de nuestro juicio iluminado por la gracia de Dios para regir nuestras vidas. “Vuelve hijo mío, vuelve a mí” dice el Padre, por el camino de Jesús. Amor y verdad. Las cosas visibles son pasajeras pero las invisibles son eternas.

Alberto Félix Suertegaray

DNI 14.169.481


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