Cavallo no ve peligro para la convertibilidad

SAN CARLOS DE BARILOCHE- El diputado nacional Domingo Cavallo señaló ayer que el gobierno y en especial las provincias tienen cuentas pendientes en materia de ajuste, pero dijo no advertir ningún peligro para el régimen de convertibilidad.

El ex ministro de Economía que impuso el actual sistema monetario argentino intentó despejar las dudas surgidas debido a las dificultades del país de la recesión y afirmó que la fortaleza de la paridad fija «está en la misma gente, que es la que tiene los dólares y los pesos en sus manos».

Cavallo afirmó que «el problema actual de la economía es que existen distorsiones impositivas y regulatorias que obstaculizan el aumento de las inversiones y de la productividad», por lo que le recomendó al gobierno a «inducir un cambio de las expectativas».»La solución pasa por una política fiscal que debe medirse por el nivel y productividad del gasto público, más que por el resultado del déficit, mientras que la recaudación hay que pensarla en términos de que no impida la inversión y la productividad», sostuvo el ex ministro de Economía, quien consideró que «si se produce eso, la solución a los problemas económicos de la Argentina está a la vuelta de la esquina».

Ayudado por la ausencia del ministro José Luis Machinea, Cavallo no tuvo dificultades ayer para convertirse en la figura central de la jornada final de la XXI Convención Nacional del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas.En el almuerzo de cierre estaba reservado el atril para el ministro, pero en su reemplazo habló el secretario de finanzas Daniel Marx, quien exhortó a los empresarios «bajar el nivel de ansiedad» y reparar en los indicadores positivos.

El encuentro se inició el jueves y transcurrió en una llamativa calma, a pesar de los rumores de renuncia de Machinea y la agitada semana política que vivió el Congreso.

Está visto que -a diferencia del anterior- este gobierno no despierta entre los hombres de negocios pasiones demasiado encendidas. No se escucharon elogios fervientes ni tampoco grandes cuestionamientos al rumbo económico, fuera de la lapidaria exposición del experto norteamericano Steve Hanke, que sin ambages denostó a Machinea.

Ayer Cavallo puso un alerta sobre el postergado recorte de gastos en las administraciones provinciales.

Recordó que en su gestión se habían acotado las transferencias con ese destino pero que luego el ministerio del Interior lo compensó aumentando las partidas de ATN, lo cual permitió que las provincias mantuvieran muy alto su nivel de gastos.

Señaló que la cuestión necesita una respuesta rápida y de alguna manera relativizó la responsabilidad del gobierno nacional al considerar que el ajuste que hace falta «depende un 70% de las provincias y un 30% del gobierno central».

Según el ex ministro el rumbo que tomó la Argentina en 1991 es inexorable y «pueden tomarse distintas medidas» para mejorar la competitividad de la economía «pero siempre dentro de la convertibilidad».

En otro de los paneles realizados ayer el tema fue la justicia y el riesgo país, sobre el cual expusieron el consultor Rosendo Fraga y el ex embajador y ejecutivo bancario Emilio Cárdenas.

El primero pintó un cuadro sombrío del sistema judicial al mencionar como problemas clave «la ineficacia, la corrupción y la falta de independencia». Señaló también como un fracaso la implementación del Consejo de la Magistratura «porque a seis años de su creación no pudo mejorar independencia y la idoneidad de los jueces».

Cárdenas, por su parte, subrayó la importancia de que el Estado de Derecho se funde en un buen servicio de justicia. Para ello propuso -entre otras fórmulas- un código de conducta y un sistema de capacitación permanente de los jueces.

Marx pidió más confianza

Ante un auditorio entre indiferente y descreído, el secretario de Finanzas, Daniel Marx, se esmeró en explicar que lo peor que le puede pasar al país es multiplicar la ansiedad por la demora en la recuperación de la economía.

En todo momento dejó en claro su propósito de transmitir serenidad y confianza a los convencionales del IAEF, que lo escucharon su exposición durante el almuerzo de clausura del encuentro.

Marx hizo la esperable defensa del gobierno aliancista haciendo notar que «un año atrás el desequilibrio fiscal era casi el doble del actual y la economía retrocedía», mientras que hoy el cuadro se caracteriza por «tendencias» que alimentan el optimismo.

Hizo hincapié en el «relevante» aumento de las exportaciones «mitad en precios y mitad en volúmenes», lo cual marca que «la Argentina tiene una vía para insertarse en el mundo».

Ausentes Machinea y Mario Vicens (a pesar de estar anunciados), Marx fue el más alto funcionario del equipo económico presente en la convención.

Atacando otro supuesto que siembra dudas sobre el gobierno, dijo que «es cada vez menos cierta la opción de hierro entre deflación y crecimiento» y citó los ejemplos de Hong Kong y Japón.

«Esta bien que exijamos pero no hay justificación par las ansiedades -insistió sobre el final-, porque si se pierde la confianza perdemos todos».