Chacareros buscan ganar mercado con fruta integrada

En Río Colorado accedieron a la exigencia de un comprador. Pidieron asesoramiento al INTA para obtener la certificación. El seguimiento de la producción le da garantías al consumidor.

ROCA (AR).- Un grupo de agricultores de Río Colorado está transitando el camino hacia una producción integrada de fruta como forma de cambiar los hábitos de cultivo de sus frutos y mejorar las expectativas económicas en el mercado interno.

La inquietud planteada por los productores a los técnicos del INTA surgió a partir de una exigencia que puso un comprador nacional, que prefirió exhibir manzanas y peras certificadas en las góndolas de un supermercado como modo de mostrar calidad a los consumidores.

Ante el inminente cambio de rumbo que no le permitía a los chacareros continuar colocando el producto en el mercado, el INTA diagramó un protocolo de trabajo en esa zona para luego ser fiscalizado por el Sistema de Certificación Conjunta IRAM ArgenINTA (SCC). Después de evaluar un seguimiento en el proceso desde el cultivo hasta la cosecha, los productores podrán hacer que sus frutos se diferencien a través de un sello de calidad.

La experiencia piloto hacia una producción integrada no es una novedad para el mercado externo que cada vez más quiere conocer cómo y bajo qué condiciones se cultivan las manzanas y peras en los montes de la región.

Sin embargo la iniciativa muestra hoy sus primeros avances a través de la exigencia del mercado interno.

Adrián Colodner es inspector de campo del SCC y está compartiendo y asesorando a los productores durante el proceso. En conversación con «Río Negro» destacó que «en el mercado argentino no existe una cultura de darle importancia a la fruta que tiene respaldo por una certificadora».

Por sobre todo, la certificación significa cumplir con una serie de prácticas que están asociadas a las buenas costumbres agrícolas, una tarea de capacitación que intenta mostrar a los productores otra forma de trabajo con sus cultivos.

En este sentido, Colodner consideró que «las actividades que exige el protocolo no implican la compra de productos más caros, al contrario, el uso restringido de agroquímicos es una variable que disminuye los costos. El programa no desconoce la realidad económica del productor».

Algunas de las características con las que trabajan actualmente en el campo consideran puntos como:

•Trazabilidad de la fruta: mediante registros que se llevan en todo momento, se puede conocer la historia, el tratamiento, y la procedencia de la manzana o pera.

«Es importante porque le da un grado de confianza al comprador ya que esa fruta ya está identificada», señaló el inspector del SCC.

•Productores más respetuosos del medioambiente: no se permite el uso de piretroides y agroquímicos fosforados aunque algunos pueden utilizarse de forma restringida.

•La implementación de herramientas alternativas como un buen raleo de fruta, o las trampas de carpocapsa, no hacer tratamientos a calendario fijo y manejarse con umbrales de plaga para no usar agroquímicos deliberadamente es una ventaja», agregó Colodner.

•Uso correcto de indumentaria: El manejo de guantes y protectores especiales conta los plaguicidas. «Un productor que no tiene una capa o un impermeable protector no puede estar participando del programa.

•Depósito de agroquímicos: los plaguicidas no deben estar mezclados con otros insumos, sino deben estar almacenados por separado.


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